Corazón indomable

La fiesta.

Kara pensó en proponerse a Lena, pero ella definitivamente quería decir lo que sentía con todas las palabras, y sabía que su vocabulario no era el suficiente.

Había hablado con todos para esperar un poco más, rogó con sus ojos de cachorra hasta que los engatusó y Lena pidió esconder el barco en un río dentro de la isla donde no se viera.

Cuando llegó el día en que se suponía que Jeremiah debería llegar todos se escondieron, y el día después de ese...y el día que vino después. Entonces salieron de su escondite y el tiempo siguió pasando. Jeremiah no había venido a la isla.

Pasaron tres meses, era lo que había pedido Kara, y por fin el día había llegado. Después de días y noches de estudios y de aprender de forma compulsiva Kara estaba lista para decirle con palabras a Lena todo lo que sentía por ella.

Lena ese día estaba profundamente dormida, enredada con Kara entre las sábanas. Después de que Felicity les diera el visto bueno con el tema de los análisis  meses antes , hacían el amor como auténticas conejas, pero nadie las podría culpar, eran dos almas enamoradas.

Ninguna se levantó en todo el día, estaban cansadas. Kara miraba a Lena con el mismo amor y admiración que el primer día.

—No creo que pueda dejar de sentir lo que siento por ti— susurró Kara contra la frente de Lena y la pelinegra sonrió con una felicidad que no le cabía en el pecho despertándose.

—Tengo hambre— susurró Lena y Kara asintió y trajo frutas y carne para ella, para su compañera, su amor, su vida.

Lena devoró todo y Kara la besó con infinita ternura.

—Te amo tanto, creo que en otra vida has sido una bruja, me embrujaste para que me enamorara de ti y aquí estoy.— sonrió la rubia.

—O quizás la bruja eres tú— se burló Lena terminando de comer.

—No, créeme la bruja eres tú Lenita, me pones tonta, hipnoti...hipno...—Kara buscó la palabra en su mente.

—¿Hipnotizada?— preguntó Lena.

—Eso, hipnotizada, iré a ver a Oliver.— dijo Kara.

—Yo seguiré durmiendo— susurró Lena y Kara asintió llevándose las sobras de comida y la pequeña bandeja que le había traído a su mujer.

Lena dormía mucho, como un jaguar, pasaba gran parte de los días durmiendo y comiendo. A Kara eso no le molestaba para nada, amaba dormir con ella.

Fue con Oliver muy emocionada.

—Hoy es el día ¿Puedes organizar una fiesta sorpresa?

Oliver sonrió.—Déjamelo a mi hermanita. —La abrazó. —Vaya te casas, parece que nunca llegaría este día pero sí llegó.

—Aún no me caso, sólo me propondré a Lena.—Kara se sonrió con alegría.

—Sabes que ella te dirá que sí, no te hagas la tonta Karita.

—Entonces, te lo encargo hermano.

Ambos se dieron un último abrazo y se separaron para comenzar la misión.

Maggie estaba recogiendo cajas y escombros para deshacerse de la basura de los días pasados mientras Felicity y Ava conversaban. Todo transcurría tranquilo.

Felicity se levantó cuando Oliver llegó a hablar con ella.

—¿Amor tienes un momento?

La mujer sonrió y lo siguió.

—Dime cariño¿Ya es hora?

—Así es¿Esto debe quedar perfecto comprendes?

Felicity lo miró con picardía. —Sabes que quedará perfecto, ya quiero ver sus caras.