Reencuentro.

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Lena se había salvado, gracias a dios la estúpida de Maggie no había hecho bien su trabajo, pero había pasado mucho tiempo siendo presa de terrores nocturnos, aún lo era, todavía veía a Kara caer al piso y veía su pecho lleno de sangre en las noches.

Se despertaba sudando y llorando cada noche a causa de eso.

Sara y Ava habían cuidado de ella, pero finalmente quiso estar sola, no quería ponerlas en más peligro. Recompensó muy bien a Sara y le compró a la pareja un apartamento cerca del suyo pero habían acordado que ninguna se comunicaría a menos que fuera estrictamente necesario.

Por su lado Alex había dado rápidamente con Lena, se sentía culpable aunque Lena insistía en que no era su culpa, nadie pudo haber previsto que Maggie fuera una zorra traidora.

Finalmente Alex se había mudado con Lena para ayudarla con el bebé cuando naciera, eran buenas amigas y Alex la ayudaba cuando tenía terrores nocturnos.

Durante el día Lena se dedicaba en cuerpo y alma a desarrollar una inteligencia artificial a la que llamó Hope, esperanza, porque Lena todavía conservaba la esperanza de que Kara estuviese viva en algún sitio. Las noticias malas corren más rápido que las buenas, así que si no había recibido noticias quería creer que Oliver cuidaba de Kara, y ella no se quedaría de brazos cruzados.

Hope era una IA avazada, reconocía emociones, daba conversaciones, pero su mayor propósito era el reconocimiento facial. Lena quería usar a Hope para rastrear a Kara, a Maggie y a Jeremiah pero todavía estaba muy verde.

Lena estaba tecleando cuando Alex la llamó.

—Lena a comer, deja esa laptop de una vez, hice pescado a la plancha— dijo Alex sonriente entrando a su habitación con un delantal.

—Se te ve bien.— sonrió Lena pero su sonrisa no era sincera, desde que había despertado su mundo era un martirio, a excepción por la criatura que tenía en su pancita.

—¿Cómo va esa pancita?— preguntó Alex con cariño y se sentó para hacerle un corto masaje en los pies a Lena.

—Va como cada día— respondió la pelinegra sin ánimos y sus ojos se humedecieron. —No puedo creer esto...todo iba tan bien...

—Hey hey mírame Lena, ¿Qué te dije de las noticias malas?—preguntó Alex.

—Corren...—Lena sollozaba. —Más rápido que las buenas.

—Entonces ten fé, ven comamos— susurró Alex y la llevó a comer a la mesa. —Anímate, yo sigo trabajando duro y no te dejaré sola, no pienso irme de aquí hasta que Kara pueda venir a ocupar el sitio. —Sonrió la pelirroja y Lena asintió desanimada.

Alex se había asegurado de que Lena fuera parte del programa de protección de testigos de National City y había conocido a una joven detective que la había ayudado con eso. Samantha Arias había ayudado a Alex a formar parte del FBI junto con ella y aunque Alex no tenía confianza en la mujer debía ceder un poco para permitirle hacer su trabajo.

Cuando Sam llegó al apartamento y tocó la puerta con un ritmo específico Alex le abrió la puerta con apuro. —Te demoraste.

—Lo siento, tengo trabajo que hacer y no es precisamente poco.

—Se te paga para que nos tengas prioridad— dijo Alex de mala gana cerrando la puerta cuando la mujer entró.

Sam se pasó las manos por las sientes. —Alexandra por favor, sé que te engañaron y te lastimaron pero no la tomes conmigo.

Alex suspiró. —No puedo evitarlo, no confío ni confiaré en tí ni en nadie, toda esta mierda pasó por mi culpa.

—Dejen de discutir— Dijo Lena muy enojada soteniéndose la panza y sudando.—Creo que me hice pis o qué se yo.

Corazón indomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora