Lena había pasado día tras día trabajando con los demás y yendo a ver a Kara, esa era su rutina diaria. Iba y le contaba de su día aunque Kara no pudiese entenderla u oírla pero eso la calmaba y la ayudaba a sobrellevar la soledad que sentía.
Ya no encontraba frutas fuera de su tienda aunque tenía el recordatorio de Kara todo el tiempo en la forma de sus hijos felinos, que seguían a la pelinegra a todas partes y a cada rato la dejaban sola para ir a bañarse y a rondar la tienda donde sabían que estaba Kara. Podían olerla y rondar el sitio donde la rubia se encontraba era su forma de expresar que la extrañaban.
Habrían pasado alrededor de dos semanas y nada, pero al menos tenían esperanza la condición de Kara no empeoraba. Estaba en coma inducido para permitir a su cuerpo sanar a su tiempo puesto que el veneno de la serpiente le había traído muchas complicaciones posteriores de la mordida. A pesar de que le habían aplicado suero antiofídico Kara no estaba preparada para recibir tantas complicaciones a pesar de que su cuerpo fuese aparentemente fuerte.
Oliver y los demás se encargaban de las tareas más trabajosas y Lena supervisaba todo y se aseguraba de ir a las expediciones, de cumplir y no ser sólo una figura autoritaria. Quería ser útil y no pensar todo el tiempo en Kara, aunque aquello tenía un efecto nulo en hacer que dejara de pensar en la ojiazul, puesto que era lo único que ocupaba sus pensamientos.
Así pasaba los días se despertaba y se tomaba un baño, luego comida, trabajo, comida, baño y a dormir. Su rutina era aburrida, sin ninguna gracia o alegría. Lo que al inicio le parecía hermoso había perdido toda la gracia y probablemente seguiría así.
Alex tampoco tenía ganas de nada y en general todos estaban desanimados, se había convertido en algo colectivo, sobre todo porque nadie en especial Lena, no esperaba que Kara tardase tanto en despertar.
A menudo la pelinegra simplemente iba a su tienda y se dormía llorando mientras abrazaba a los jaguares y a su peluche. Los animales y Kara tenían un olor parecido y por muy limpia que fuese Lena le daba igual todo, totalmente, sólo quería dormir y soñar con la rubia. Quería sentirla al menos en sueños.
Kara por su lado había comenzado hace un par de días y muy poco a poco, a soñar. Soñaba con su infancia, con las atrocidades, con el día de su cumpleaños. Soñaba ese episodio una y otra vez. También cuando la abandonaron. No mucho después soñaba que oía la voz de Lena cada cierto tiempo, que la oía llorar y quería abrazarla y sostenerla. Quería cuidar de esa mujer hermosa que le había traído alegría a su vida.
Cada uno de esos días Kara oía a Lena, aunque la pelinegra no lo supiera, y se sentía amada y a salvo cuando sentía el roce de lo que creía era la pelinegra aunque no pudiese discernir del todo. Según ella eso era un sueño,pero era uno bueno y Kara lo disfrutaba mucho.
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Lena se despertó con la pantera descansando su cabeza en el abdomen de ella y le acarició la cabeza al animal. El otro jaguar dormía a sus pies mientras hacía pequeños ruiditos y movía sus patas enormes mientras soñaba.
—Ya ya shhhh shhhh— susurró al felino que se despertó y bostezó estirándose lánguidamente para luego despertar a su compañera y ambos comenzaron a darle amor matutino a Lena en forma de lametones en toda su cara.
—Wow cariñosos eh!— sonrió y los acarició para luego levantarse y silbarles. —Esperen aquí si? me prearo y vamos a cazar.
Lena aprendió que alimentar a los animales era complejo y que si usaba la carne del campamento sucederían dos cosas, los animales se acostumbrarían a la comida fácil así que aprendió observándolos en su entorno, que tenían una forma coordinada de cazar, a veces lo hacían ellos solos pero la pelinegra quería aprender tanto como pudiese para estar lista. Quería demostrarle a Kara que era capaz, y que la quería tanto a ella como a sus felinos. Cuidar de ellos era la mejor forma que tenía Lena de demostrarle su amor a la rubia.
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Corazón indomable
FanfictionCuando Lena Luthor, científica millonaria decide salir de National City para adentrarse en una expedición en una isla remota lo último que se imaginó fue que en ese lugar tan lejos de toda civilización encontraría el amor, y mucho menos que sería al...