Globos y condones

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Una semana después.

Las chicas se habían mudado finalmente a una casa enorme y Lena había contratado un equipo de seguridad veinticuatro horas. Hope seguía haciendo su trabajo como la IA destinada a encontrar a Jeremiah, pero aún no habían signos de él.

Los jaguares dormían plácidamente junto a su cachorro mientras todos los demás integrantes de la casa hacían lo mismo, o bueno, casi.

Kara se despertó sobresaltada cuando sintió un pequeño bultito situarse encima de su pecho e inmediatamente alzó las sábanas para descubrir a su pequeña hija luchando por acostarse entre sus dos madres.

La rubia se echó a reír mirando a su bebé con ternura y despertó a Lena suavemente

—Amor, amor tenemos una infiltrada— sonrió.

Lena se despertó despacio y se echó a reír muy bajito al verlas.—Mira es monita igual que tú, no quiero saber cómo se subió a la cama—dijo la pelinegra mirando a Kara con amor y haciéndole espacio a su hija para luego ambas mirarse con devoción.

—Gracias Lena, por hacerme madre y darme una hija tan hermosa como tú— Kara podría llorar de felicidad, pero no lo hizo, en su lugar simplemente abrazó a su hija y a su futura esposa y se volvió a dormir.

Lena las miraba pensativa, luego dijo para sí.—No Kara...fuiste tú quien me dio una vida que valiese la pena vivir— susurró mirándolas a ambas.—Y proteger...—sus ojos se volvieron oscuros, cuando encontrase al bastardo de Jeremiah, ella lo haría pagar personalmente, se lo debí a sí misma. Lena sabía que aquel día de no haber sido sólo una niña, no habrían hecho oídos sordos sus padres cuando ella les dijo sobre que todo era mentira, pero ahora ya eso no importaba, el único cabo era Jeremiah, y Eliza, a Eliza la buscaría más tarde.

La pelinegra volvió a dormirse y así las tres durmieron hasta que se hicieron las ocho de la mañana.

Lena se levantó primero y luego Alex y Sam.

Alex seguía como el día en que volvió, no hablaba mucho, tampoco interactuaba, sólo dormía y por los sonidos que hacía a veces al despertar, Sam sabía que tenía pesadillas.

—Buenos días chicas. ¿Me ayudan con el desayuno?

—Sí claro Lena—sonrió Sam y Alex simplemente asintió.

Las tres se pusieron a hacer desayuno, que era mayormente frutas, Lena quería hacerle un desayuno a Kara que le recordara sus mejores momentos en la isla, cuando se habían conocido.

Cuando las mujeres hubieron preparado el desayuno Lena fue entonces a buscar a sus dos tesoros. Comenzó besando sutilmente a Kara en el rostro hasta que la rubia despertó muy alegre y la miró con ternura—Buenos días mi hermosa Lena.—sonrió.

—Buenos días mi amor, mi vida— dijo dándole un beso en los labios— mi todo...—Se echó a reír cuando vió a Kiara despertarse y meterse entre ellas para recibir su ración de besos con la carita arrugada de enojo.

—Mami, mami besito—dijo colocándose entre las caras de ambas para que las dos le dieran un montón de besitos.

Ambas mujeres lo hicieron, llenaron a su pequeña de besitos hasta que la tuvieron riéndose de las cosquillitas que le provocaban.

—Mi amor quería muchos besitos eh— se rió Lena cargando a su pequeña mientras Kara también se levantaba con ellas y se dirigía al baño.

—¿Mami bañito?

—¿Te quieres bañar con mamá , es eso?—le preguntó la Luthor.

La niña negó con la cabeza, y luego asintió. —Eh eh eh bañito mami y mami.

Corazón indomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora