Alex, Reign y Maggie

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Capítulo no apto para personas sensibles, favor de leer bajo su propia responsabiliadad.


Sam y Alex demoraron más de lo que tenían pretendido, tuvieron que dejar a Ruby con su nana de imprevisto para luego ir al hospital. No se sabía el paradero de Jeremiah e ir con la niña podría ser más problema que solución, así que decidieron ir solas.


Cuando llegaron al hospital aparcaron en el subterráneo y Sam abrió la guantera del auto que estaba cerrada con llave y sacó dos armas, le dió una Alex y ambas se miraron por unos segundos.

—Entiendo, descuida— dijo Alex y se bajó seguida de Sam.

Cuando llegaron a la sala de espera Kara estaba cabizbaja llorando.

—Fue culpa mía, le di mal su comidita y la enfermé.

—No, no amor— Lena la abrazó.—Estoy cien por ciento segura de que no fuiste tú, deja que los médicos nos digan qué sucede.

—Pero Kiara...—La voz de Kara se rompió y abrazó a Lena con el corazón roto.

Lena le sujetó el rostro con amor y la miró a sus orbes azules que ahora se veían cristalinos. —Amor mío, calma, debemos calmarnos un poco y esperar.—Lena ocultaba su preocupación y sus propias ganas de llorar, sentía que fallaba como madre, pero ahora se trataba de Kara, de apoyarla y de poner sus necesidades encima de las propias.—Confía en mí al menos, soy tu futura esposa— le sonrió y la besó en los labios con ternura para luego abrazarla hasta que Kara se calmó.

Alex abrazó a Kara y besó su cabeza.—Oye, Lena tiene razón, verás que Kiara es dura de roer igual que tú, sus madres son valientes, una hizo un imperio ella sola, y la otra sobrevivió en una isla durante toda su vida, lo trae en la sangre— sonrió y después abrazó a Lena.

—Gracias por venir—suspiró Lena, su cuerpo temblaba ligeramente.

Cuando vieron al doctor de la familia Luthor salir con la bebé en brazos toda sonriente y haciendo manitos a sus madres el espíritu les regresó al cuerpo a todos.

—Tenía una pequeña obstrucción, gracias a dios no llevó cirugía, pero les pido que la vigilen.—sonrió el doctor.

Lex llegó como un loco interrumpiendo a todos.—¿Mi sobrina está...oh?— sus ojos pasaron de la preocupación a la alegría cuando la vió. —¡Hola cachorrita!— sonrió mostrándole un peluche.—Mira tío te trajo un peluche de pandita rojo.—dijo con ternura dándoselo a la niña mientras Kara y Lena la cargaban y la llenaban de besitos.

—Gracias por venir Lex, dios me asusté mucho— suspiró Lena, seguía temblando.

Kara por su parte trataba de no llorar del alivio que sentía,le daba besitos esquimales a Kiara con su naricita y jugaba con sus manitos.—¿Kiara está bien?—decía Kara despacio mirándola.

—Sí mami—la niña ladeó la cabeza. —¿Mami y mami tiste?—les preguntó a sus madres. Es increíble como una criatura tan pequeña puede percibir tantas cosas.

—No, mami está orgullosa de ti—le dijo Kara bajito.

Kiara miró luego a Lena mientras se aferraba a su nuevo peluche.

—Amor eres una niña muy fuerte, mamis no están tristes, sólo nos preocupamos un poquito así bien pequeñito como una hormiguita— dijo Lena con amor a su pequeña.

—¿Mami miau?—Kiara miraba a todos lados.

—En casa están los gatitos bebé, ya pronto los verás.

Corazón indomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora