- Daemony. - Rhaenyra Targaryen, princesa de Dragon Stone y heredera al trono de hierro, declaró con tono firme y orgulloso presentando a su primera hija frente la corte noble. - Ese es su nombre -.
Los aplausos acompañados de alaridos emocionados pero lo suficientemente calmados no olvidando los estándares de actitud que llevaba esta parte de la población, sobresaltaron a la pequeña niña que descansaba sobre los brazos de su madre, sus grandes ojos se abrieron dejando ver el color de estos.
Eran violetas, justo como los de los antiguos Targaryen, vínculo de la raíz que los actuales con este apellido habían perdido con el camino de las generaciones.
La gente se acumuló queriendo deleitar aunque sea un segundo su vista con la preciosidad de la princesa.
El padre la tomó con cuidado de los brazos de su madre. - Daemony Velaryon, díganme que no es un nombre hermoso. - La corte asintió riendo con dulzura, los comentarios sobre la belleza inexplicable de la menor se escuchaban de un lado a otro.
La próxima heredera al trono alzó su mirada buscando al cómplice creador del nuevo deleite del pueblo, el verdadero cómplice.
Y allí se encontraba, al fondo del salón apoyado sobre una columna de los antiguos cimientos aguantando las ganas de correr hacia ahí desenfundando su espada, con ese ceño fruncido y los brazos cruzados, con ese aura oscura y más colérica de lo habitual con razones profundas que pocos conocían y así se debía quedar.
Velaryon... Esa niña era más Targaryen que el propio conquistador, sus génes eran puros y claros, ella por poco no era un dragón.
Debió tomar a la joven el dia de su boda y escapar como esta se lo pidió, no debió temerle a la espada de su mayor hermano, debió confrontarle y gritarle en la cara que quería a Rhaenyra, que necesitaba a la chica, que era capaz de cambiar muchas cosas por tomar a su sobrina como legitima esposa.
- ¡Daemon! - El rey Viserys gritó llamando a su hermano con un ademán. - Ven aquí, tienes que verle, es preciosa-.
-Lo sé, yo la hice. - El susurro inaudible de los labios del joven príncipe salio sin miedo mientras caminaba hacia el sitio de su hermano con el humor revuelto.
Y una cierta verdad es que si el hermano del príncipe hubiera sabido con certeza lo linda que iba a salir su descendencia de mano de Rhaenyra, no hubiera dudado un segundo en tomarla, encerrándose en el castillo de Rocadragón los años necesarios para crear un ejército de bebés hermosos y rubios, con ojos violetas y rasgos finos.
- Mírala. -Viserys la tomó en brazos con cuidado. - Es...- El rey que de necio pecaba, levantó la mirada viendo a su hermano, sus rasgos, la forma de su rostro. Contempló a la bebé nuevamente, él ahora lo sospechaba, lo sospechaba tan fuertemente, y el que los ojos de su menor y único hermano destellaran como una estrella en el firmamento oscuro, confirmaba todo.
- Es perfecta. -Daemon completó la oración a medias sin vergüenza mirando a su pequeña copia. La tomó en sus brazos sin cuidado, él no tenía que tomarla como si se fuera a romper, él no debía porque él sabía como, ella era su hija.
- Es linda. - Alicent llego tratando de interrumpir con su clásico vestido verde y su reciente bebé en brazos, sus celos eran contemplable para todo el reino, y es que comprenderla no era difícil, ella había parido hace casi un mes ya, y cuando su segunda hija, Helaena, había nacido, le habían regalado cumplidos también, pero no cargados con tanta veracidad ni culto, como ahora. - Por fin tenemos una niña en esta línea genealógica, los hijos de los hijos.
Daemon levantó la mirada amenazante hacia la reina consorte; la detestaba, le apestaba la pura presencia de esta, porque era más astuta de lo que debía ser, porque centraba más los ojos de lo que debía hacerlo, porque su boca no se cerraba cuando tenía que, y que ni la Hightower osara meterse con su hija porque ahora, conociendo ya el furor que le causaba ser padre de tal creación, era muy capaz de devolver lo que sea que la reina pensara hacerle a Daemony con triples en Aegon II, no importaba lo mucho que le persiguieran después.

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╰ 𝑽𝒊𝒏𝒅𝒊𝒄𝒂𝒕𝒆𝒅 :。 ~ 𝘈𝘦𝘮𝘰𝘯𝘥 𝘛𝘢𝘳𝘨𝘢𝘳𝘺𝘦𝘯 - 𝘏𝘖𝘋 [+18]
Fanfic-¿Hueles eso? - Suspiró levantando el rostro con esa mirada infame que hace años no era visible en una con su apellido. El fuego vigorosos con llamas inmensas roía todo detrás del cuerpo femenino lleno de sangre y cenizas. - Esto es el comienzo de...