JiMin es un chico muy reconocido para su corta de edad de veintitrés años, era un estilista muy solicitado en el mundo de la industria, siempre manteniendo a raya su moral y ética.
Pero quien diría que por una solicitud de sus amigos por su parte, h...
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Martes, 29 Enero 2019.
Una semana había pasado desde el accidente de los hermanos Park, y desde entonces JiMin se quedaba en un hotel junto a YoonGi y Henrry, e iba todas las tardes sin excepción alguna a visitar a su hermana mayor, la cual, desesperantemente, no despertaba.
Los médicos les hacían varios exámenes para comprobar que no haya tenido una muerte cerebral, sin embargo no daban a una explicación concreta, y si ella seguía así, por más de un mes, lo declararian como tal, o eso es lo que al menos habían explicado.
Cada día que pasaba era más peso sobre el, porque las probalidades de que su hermana haya sufrido aquello, llamado muerte cerebral, eran más altas. YoonGi había estado a su lado acompañándolo en todo momento, y cuidando de él como de Henrry, se miraba demasiado a gusto haciendo lo último, y eso le alegraba de gran manera, lo menos que quería era añedirle carga a su hyung.
Jong-dae ya estaba mejor, y hace cuatro días les habían dado de alta, sin embargo seguía sin mover su pierna y los Padres Park ya habían contratado al mejor especialista para una buena recuperación, haciendo uso del gran poder y dinero que poseían, habían quedado que luego de que el menor tuviera una semana de descanso en casa, comenzaría las terapias de rehabilitación.
Por otro lado, JiMin no sabía que hacer, con respecto a su trabajo. Había hablado con su CEO y le había otorgado un permiso libre hasta que sus familiares estuvieran estables pero por el contrario, a YoonGi, solo le habían dado una semana para acompañarlo, pues tenía que prepararse para su próximo tour, el cual sería un mes de prácticas sin descansos.
El peliceleste mentiría si dijera que no extrañaría al mayor, se había vuelto su mayor soporte, más cuando sus mejores amigos tenían que estar en sus respectivos trabajos, como por ejemplo Jisoo, que tuvo que volver al día después de que vino.
Estaba considerando si era mejor ir a Seúl, no solo por la compañía de YoonGi, sino también por la estabilidad de Henrry, lo había notado más bajo de ánimos, y quizás, sería mejor alejarlo un poco del caos, llevándolo con el, y si las cosas se alargaban (por el bien de todos esperaba que no) lo inscribiria en un Kinder de Seúl.
– ¿En que piensas lindo?
JiMin se giro de manera lenta hasta el pálido, este llevaba una ramera sin mangas color negra, y un short hasta las rodillas color blanco, se miraba fresco y listo para disfrutar de un buen día sin hacer nada, solo existiendo, pero no era el caso.
– Mañana vuelves a Seúl.
– Sabes que si quieres me quedo, a la mierda el CEO.
– No es eso... estoy considerando el irme contigo.
– ¿Estás seguro de lo que dices?
JiMin apretó sus labios y sintió sus ojos cristalizarse, se sentía tan vulnerable. YoonGi al parecer noto su estado porque enrollo sus brazos fuertes alrededor de sus hombros, y lo pego a su pecho, consolandolo.
– Quiero q-quedarme, pero cada día que pasa es un martirio para mi... pienso en lo que le hubiera gustado a mi hermana, y s-se que me regañaria por mi desesperación, que mejor me preocupe por cuidar de la mejor manera a su hijo.
– Lo has hecho, JiMin.
– No, el sabe que algo anda mal con su madre, si fuera un buen tío, el no tendría ni la menor idea de la tensión que hay.
– JiMin, el pequeño está mejor contigo que con otra persona, lo has estado cuidando, alimentando y dándole las suficientes distracciones para que no sobrepiense lo que pasa, créeme, eso es demasiado.
– Aún así... creo que estaríamos mejor en Seúl, yo debería ir a trabajar y buscar una niñera que juegue con Henrry mientras no esté, eso hacia Wendy.
– Pero creo que el necesita de ti, bonito.
– No lo dejare solo, solamente busco un pequeño tiempo de despeje de mi mente, porque si sigo como hasta ahora... temo de algún día colapsare y que el lo presencié es mi mayor temor.
Al parecer Yoongi capto su punto de vista porque se quedó en silencio.
– Si así lo quieres no me opondre... pero al menos déjame quedarme un par de noches en tu casa.
– ¿Quieres pasar algunas noches allá?
– Claro que si, tengo que cuidar de mi próximo novio.
JiMin sintió como sus mejillas se sonrojaron y trago grueso, regreso su vista nuevamente al peli azul, y quedó atrapado en sus ojos negros como la noche. Tomó ambas mejillas pálidas del rapero y lo atrajo hacia el, iniciando un beso lento y calmo.
YoonGi lo sujeto con más fuerza y lo apego más a el, sus labios húmedos y suaves se acariciaron con los finos de JiMin, este suspirando gustoso por el contacto, estremeciendose ligeramente ante sus movimientos, siempre era así, YoonGi lo hacía temblar con un simple beso.
Luego de unos segundos se alejaron con sus respiraciones pesadas y solo se quedaron viendo fijamente para al final sonreirse recíprocamente con cariño y anhelo.
– Si harás eso cada vez que te diga futuro novio, me lo hubieras dicho desde antes, tu boca viviría con la mía.
– Hyung, eres un tonto.
– Por ti, lindo.
JiMin negó divertido y miró que eran pasada las diez de la noche.
– Mañana llamare por la mañana a mis Padres, y les explicaré mi decisión.
– ¿Crees que se molesten?
– No, es mejor alejar a Henrry de todo esto, se que ellos me mantendrán informado acerca de la condición de mi hermana.
– Seguramente. – Respondió YoonGi, deteniéndose por un momento. – SuMin me dijo que te mandara besos y abrazos, y que para cualquier cosa ella esta para ti.
– Admito que es lo más normal que me ha dicho.
– Claro, quite las mil propuestas de matrimonio que te hizo de por medio.
– Eso suena más a ella.
Ambos se acurrucaron contra el sillón de la gran sala, Henrry ya estaba dormido y ellos se sentían muy cómodos como para ir a sus camas, así que decidieron acercarse lo más que podían y sentir el calor corporal del otro.
– Espero que no tomes en cuenta lo que dice, me pondré celoso.
– Tranquilo hyung. – El peliceleste sonrió. – Al único que pienso en casar es a ti.
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