JiMin es un chico muy reconocido para su corta de edad de veintitrés años, era un estilista muy solicitado en el mundo de la industria, siempre manteniendo a raya su moral y ética.
Pero quien diría que por una solicitud de sus amigos por su parte, h...
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Yoongi se encontraba tomando firmemente las caderas de su menor, mientras lo tenía encima del tocador el que solía prepararlo, escuchando algunas cosas caer de este por los movimientos desesperados que hacían.
YoonGi se sentía algo molesto, ese era uno de esos días en que simplemente su mal humor no desaparecía, pero no era algo que venía de la nada como muchos pensaban, el tenía un pasado algo... deprimente, en un momento de su vida, llego a padecer ansiedad y depresión, y lastimablemente quedaron algunas secuelas respecto a ello, como por ejemplo: El insomnio.
Odiaba poder dormir solo una hora o a veces nada, más cuando de por si, la vida de Idol le daba pocas horas de descanso.
Prácticamente la falta de dormir le hacía estar de mal humor todo el día, pues pasaba cansado todo el transcurso de sus horarios de labores, sin embargo, aquella vez que JiMin le había regalado aquel masaje en sus tensos hombros, le había quitado gran tensión y se sintió más liviano, extrañamente.
No obstante, en ese momento, se sentía mejor que liviano, se sentía energético y con ganas de hacer muchas cosas, quizas estaba mal porque no había formalizado con JiMin, pero ambos lo disfrutaban y se olvidaban de todo cuando sus labios se acariciaban y cuando sus manos se tocaban.
JiMin jadeo suave cuando se separo de su boca y su cuello fue atacado, YoonGi amaba escucharlo.
Su lengua escurridiza salió para probar la suave piel de JiMin, y sus manos se movieron hasta los gruesos y definidos muslos, apretandolos, y abriéndolos para acomodarse entre ellos y tener mayor acceso al pequeño cuerpo de su menor.
La situación se ponía cada vez más caliente, y YoonGi no se quería detener, el peli celeste se veía tan bien con sus gruesos labios entreabiertos soltando suspiros gustosos mientras el toqueteaba lo más que podía.
Desde el encuentro en los baños cerca de los casilleros no habían tenido otro encuentro igual o parecido, sin embargo, el rapero quería vivir algo como aquello nuevamente, pero con más contacto esta vez, por lo que estaría atento a las reacciones de JiMin, si le dejaba seguir, continuaría, pero si daba signos de incomodidad o temor, se apartaría y terminaría aquellos toqueteos subidos de tono, lo menos que quería era molestar a su pequeño chico.
Su mano derecha fue hasta el cinturón de su estilista y lentamente lo fue soltando, mientras sus labios viajaban humedamente hacia su clavícula, los suspiros de JiMin fueron más altos y sus temblores extasiados más notorios, YoonGi sentía su propia entrepierna apretar dentro de sus pantalones, ansiosa por querer participar también, pero no era el momento, aún.
Sus manos soltaron completamente el cinturón y se dedico a bajar el cierre, hasta en ese momento JiMin no se quejo, hasta podía asegurar que le encantaba, pues sus sonidos de satisfacción pura, lo dejaban en claro. Sentía su cuerpo vibrar por la confianza que le estaba otorgando el menor, pero se trató de concentrar más en la mano que tenía aún en el cierre del pantalón de este, que por los movimientos extasiados que producía el mismo, frotaba peligrosamente el bulto de JiMin.
