– ¿Entonces tú lo calmaste?Cuestiono Jisoo sorprendida, JiMin le había contado acerca de lo ocurrido el día que YoonGi había llegado de mal genio.
– Si, recordé lo que hacía con Wendy Noona.
– ¡Ah, si, lo recuerdo!, Ella me dijo que tienes manos mágicas. – ella soltó una carcajada, había sonado tan doblemente sentido esa frase.
– Si, algo así.
Pasaron entre bromas y chistes toda la mañana, JiMin sin duda agradecía visitar de vez en cuando pues gracias a ello es que se olvidaba de la soledad que era su única compañera cuando estaba en su casa. Llegaron al mediodía y ambos se dispusieron a elaborar un rico almuerzo, para después disgustarlo, ambos charlando, hasta que acabaron y Jisoo se disponía disponía lavar los trastes sucios mientras el se iba a lavar los dientes.
Luego de ello decidieron ver una película, sin embargo antes de comenzarla un mensaje cayó al celular de JiMin.
Tienes un mensaje de número desconocido. (1)
Número desconocido.
¿Estás ahí Jimin?. 2:58 pm.
JiMin no pudo evitar arrugar su ceño, ¿Quien era aquel desconocido o desconocida?, ¿como tenía su número?
¿Quien eres y como diablos tienes mi número...? 2:59 pm.
Espera, eres Jimin, cierto?. 2:59 pm.
Depende. 2:59 pm.
Vaya, no parecias el chico que tuviera carácter tosco. 2:59 pm.
¿Que hay de malo?, tu eres el desconocido/a que se atrevió a hablarme sin explicación alguna. 3:00
pm.Touché. 3:00 pm.
Y pensar que eres el que mismo que me calmo de manera amable hace unos días.... 3:01 pm.
¿Calmar...?. 3:01 pm.
¿Acaso tu...? 3:02 pm.
Ups... 3:02 pm.
Jimin no pudo evitar sentir palidez en su rostro, no podía creer que el que la había mensajeado había sido YoonGi, ¡sin querer había dejado salir un poco de su JiMin tosco!, pero, no lo podían culpar, podía haber sido cualquier persona malintencionada que buscaba molestarlo, había pasado algunas veces.
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Fan en secreto. // YoonMin
FanficJiMin es un chico muy reconocido para su corta de edad de veintitrés años, era un estilista muy solicitado en el mundo de la industria, siempre manteniendo a raya su moral y ética. Pero quien diría que por una solicitud de sus amigos por su parte, h...