Capítulo 26.

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Antes que nada quiero daros las gracias por que... ¡HEMOS LLEGADO A 100K LECTURAS!

Bueno, al final del capítulo seguimos hablando.

Lara's POV

Me acurruco un poco en las mantas deseando dormir un rato más. Mi cuerpo se arrastra un poco por el colchón buscando a Miles pero no lo encuentro, suelto un pequeño suspiro de calma cuando cojo su mano, al sentir mi contacto se mueve inquieto.

- Lara, preciosa -su otra mano toca mi cabeza, pasándose por mi pelo.

Abro los ojos, parpadeando muchas veces en busca de claridad.

Este no es el cuarto de Miles.

Miro a mi alrededor, él está sentado a mi lado con una cara de cansancio terrible y mi mano cubierta por la suya. Bajo la mirada encontrándome con una bata, bajo ella solo puedo ver transparentarse mi ropa interior. Generalizo más mi visión mientras ignoro lo que Miles me dice, estoy en un ¿hospital?

Nunca creí que lo mío fuese tan grave como para un manicomio. Dogo, sé que estoy un poco loca pero no es para tanto, ¿verdad?

- ¿Qué está ocurriendo? -interrumpo lo que quiera que esté diciendo.

Miles se revuelve el pelo, como si no tuviese la respuesta a mi pregunta. Empiezo a imaginarme lo peor, cientos de situaciones pasan por mi mente. No recuerdo gran cosa después de que nos acostásemos. Me ruego a mí misma hacer memoria una y otra vez mientras él vacila sobre que decirme.

- Ayer me fui un segundo del cuarto, ¡y te esfumaste!

Lo miro sin entender. ¿A caso al fin he desarrollado los poderes mágicos que llevo pidiendo desde los once años?

- Estabas en una esquina enrollada en una manta, temblando -mientras él habla aprieto los labios rezando porque esto no sea lo que creo-. N-no sabía que hacer -confiesa un tanto avergonzado, aunque no debe estarlo- y simplemente te vestí y traje en coche aquí.

Bajo la mirada realmente abochornada, sé lo que debe haber pasado Miles y eso me hace sentir realmente culpable. Nunca he querido ponerlo en esta situación, por eso lo evito cuando creo que voy a...

- ¿Te había pasado esto antes? -pregunta es susurro; no respondo nada, el silencio me parece una mejor opción de evasión-. Dicen que es alguna especie de shock post-traumático -acaricia el dorso de mi mano con el pulgar, haciendo movimientos circulares intentando parecer calmado-. Si quieres hablar, estoy aquí.

Sé exactamente lo que me pasa, y estoy segura de que no es un shock post-traumático. No me apetece nada hablar, solo quiero ir a esconderme detrás de un árbol.

- ¿Me puedo tomar el resto del día libre? -cambio de tema drásticamente, poniéndome de pie y buscando mis pantalones con la mirada.

Miles me mira con cierta resignación, sabe que no voy a contar nada, es un chico listo. Estoy realmente agradecida de que no me presione, si lo hiciese lo acabaría mandando a la mierda y no quiero ser cruel con él.

- Por supuesto -concede de inmediato-, pero mañana te quiero en el trabajo.

No puedo evitar soltar una risa sarcástica casi imperceptible. Algo me dice que lo que le importa no es que asista al trabajo o no, quiere verme para asegurase de que estoy bien, o al menos me gustaría que ese fuese el motivo.

Rápidamente encuentro mis pantalones y mi camiseta, me los pongo sin importarme que Miles vea mi sujetador, ya ha visto mucho más que eso y en este momento no quiero preocuparme por ello. Una vez calzada me acerco a él y lo abrazo, necesito un abrazo y que no haga preguntas. Quizás parezco una niña pequeña, pero solo necesito un par de mimos para saber que no lo estoy haciendo sentir mal por abandonarlo después de pasar toda la noche al pie de la cama de hospital mientras yo dormía, bueno, puede que yo también quiera un abracito.

Las 10 reglas sobre el sexo [L10RSES] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora