Capítulo 3.

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De que buen humor se levanta una por la mañana cuando sabe las buenas vistas que va a tener en el trabajo. Y no, no me refiero a la primera línea de playa, ni a los surfistas guapos. Hablo de Miles Bennet, el hijo macizorro de mi jefe. Hablando de mi jefe... ¿Estará igual de bueno que su hijo? ¿O más?

Oh. Creo que tengo que cambiarme de ropa interior inmediatamente.

Hoy empieza mi plan para meter a Miles entre mis piernas. Por que lo primero que pasó por mi mente fue la violación. Yo a él, claro está. Si fuese él a mi, os aseguro que no sería violación.

Me he levantado media hora antes de lo habitual para arreglarme un poco. No puedes pretender ligar yendo como una pordiosera -que es como suelo ir-.

Sé que suena patético, pero he decido hacer uso de Las 10 reglas sobre el sexo para que me lleve al huerto. Las descubrí hace ya algún tiempo y no por experiencia propia, bueno, por lo menos no todas.

La historia es muy larga...

Había una vez una princesa muy, muy hermosa llamada Lara. La princesa escapó con sus amigas de su torre para ir a al gran baile de un reino cercano. Una vez estuvieron allá, bailaron mucho y con príncipes que resultaron ser ranas. Antes de irse, tomaron la decisión de ir al tocador para retocar sus coronas de princesas. Al llegar una hada madrina le entregó a la princesa Lara un manuscrito en el que se hayaba el secreto.

Y os explico todo este rollo para decir de un modo bonito que Mackenzie, Savannah y yo nos escapamos a una fiesta por que iban a ir chicos guapos y cuando fuimos al baño una borracha me dió un papel en el que estaban Las 10 reglas sobre el sexo.

Sí, sé que suena increíble, pero fue así.

Y ahora que ha llegado la ocasión no pienso desperdiciar tan valiosos secretos que me fueron proporcionados. Claro está, los he reformado un poco, ordenando las ideas y escribiendolas en un cuaderno.

Miles tiene que ser mío, o por lo menos hacerme suya.

Vamos haya. Cojo el papel y leo.

Regla número 1:

Hay que sentirse atractivo para que los demás se lo crean. Ser sexy no es una cualidad, es una actitud.

Se puede ser sensual sin ser vulgar. Recuerda, entallado no quiere decir apretado, y mucho menos algo que te haga ver como el rollo de carne de navidad que sirven las madres.

Si pareces Nicky Minaj o Miley Cirus en wrecking ball, eso es un claro indicio de que lo estás haciendo mal.

Ante todo. Evitad la licra y los tangas que se ven cuando te sientas. ¡Eso no es sexy!

¡Meteoslo en la cabeza!

¡No useis hilo dental en vez de ropa interior!

Da igual que el mentolado os de gustirrinin. ¡Se ve ASQUEROSO!

Por el bien de la humanidad quemadlos ¡ya!

Levanto la vista de mi libreta y asiento con aprobación. Creo que lo he captado.

Antes de salir del coche me miro en el retrovisor para comprobar que todo esté en su sitio. Me he puesto un vestido playero, unas sandalias cómodas pero bonitas, me he maquillado de un modo natural y me he dejado el pelo suelto. Ah, y me he puesto mi mejor sujetador push-up. Sí, quizás exagero. Pero un poquito de ayuda extra no irá mal.

Cojo aire y salgo de mi automóvil para entrar a la tienda con paso decidido y contoneando sutilmente mis caderas .

— Buenos días, Billy —le sonrío y dejo mi bolso en mi taquilla.

Las 10 reglas sobre el sexo [L10RSES] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora