Capítulo 17.

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¡Hola! El capítulo censurado es el número 16. He recibido varios mensajes diciendo que no podían verlo. Seguid estos pasos si aún no lo habéis podido leer:

1. Asegurarse de que seguís mi perfil.

2. Si aún no lo podéis leer, recargad la historia.

3. Si sigue sin funcionar, borradla y volved a ponerla en vuestra biblioteca.

Con eso debería ser suficiente.

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Su risa resuena en toda la casa del árbol, un cuerpo se materializa seguido por otro y empiezan a besarse sin fijarse en nada más. Miles está sin camiseta y yo sin ropa interior ni falda, tapados con una sábana, y esos dos dándose el lote contra la pared.

"¡Nosotros llegamos antes!" -se queja mi yo lujuriosa.

Antes de que nadie me vea desnuda de cintura para abajo, estiro de la falda cubriendo mis caderas y todo lo que no deben verme.

— ¡¿Qué hacéis?! —la voz de Miles hace que se sobresalten.

Savannah me mira con sorpresa mientras Theodore está confuso.

— ¿Qué haces tú aquí? –—contraataca él—. Fuera.

— Oh, no —su brazo se estira hasta alcanzar su camiseta y pasarla por su cabeza para cubrir esos abdominales. Hago un pequeño puchero al quedarme sin esa buenas vistas—. Nosotros estábamos antes.

Espera. ¿Miles me ha traído a su picadero? ¡Me ha traído a su picadero! ¡Oh, Dios mío!

Mi yo interior hace un baile de la victoria.

— Es mi cumpleaños —se defiende Theodore.

— Exactamente. Deberías estar en la fiesta, ahora vete.

Muy buen punto por parte del hijo de mi jefe.

Esa discusión entre primos ha conseguido bajarme el calentón hasta dejarme tan fría como el polo norte.

En el polo norte hay pingüinos...

...y si Luke is a penguin...

Mmm... Luke.

¡Ya vuelve el calentón!

— Está bien —Theo se rinde—. Ya nos vamos, pero no tardeis en volver, hay pronóstico de tormenta eléctrica y un árbol no es muy buen lugar.

En cuanto escuchamos al primo de Miles, Savannah y yo nos tensamos. Mi pulso se frena dejándome la boca seca y la garganta carrasposa.

— Lara y yo dormiremos juntas —la voz de Savannah me sorprende—. Otro día celebramos tu cumpleaños.

La pelirroja se dirige a la trampilla de la casa del árbol no sin antes darle un beso a Theo. Miles me mira de un modo en el que creo que me pregunta si realmente pasaré la noche con mi mejor amiga en vez de con él.

Debo hacerlo es lo correcto.

— Lo siento —susurro dejando un beso en su mejilla—. Esperame, Sav.

Bajo las escaleras tras ella con el suficiente cuidado para no matarme y recojo los zapatos del pie del tronco. Ambas nos apresuramos a caminar a la casa intentando llegar antes que la tormenta. Su brazo está en mi espalda y su mano acaricia mi brazo en un intento por relajarme.

Al llegar, nos topamos con una señora relativamente mayor.

— Savy —la saluda.

— Hola, Sra. Harper —mi amiga con su sonrisa de buenos modales intenta ablandar a la señora—. ¿Puedo pedirle un favor?

Las 10 reglas sobre el sexo [L10RSES] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora