- ¡¿Qué hago aquí arriba?! -exclamo sorprendida.
- Cuando me he despertado ya estabas aquí.
Mis mejillas hierven, puedo notarlo, su mirada está haciendo avergonzarme de la situación.
- Juro que yo no estaba aquí cuando me fui a dormir -me excuso.
- No me molesta despertar así.
¿Cómo narices he llegado a estar tumbada sobre Miles desnudo, acurrucada en su torso?
- Buenos días -aparta el pelo tras mi hombro.
- Muy buenos días -arrugo la nariz intentando retener una risa.
El mismo estira los labios hasta llegar a los míos, suave, cortamente.
Después del beso apoyo la mejilla en su esternón, cerrando los ojos para mentalizarme un poco por todo lo que ha pasado en las últimas horas. Desperté en la misma cama que Miles, lo vi desnudo, me reconcilié con Catrina y había tenido el mejor sexo de mi vida.
- Miles -levanto la cabeza para mirarlo-, ¿eso que noto en mi culo es tu mano?
Espero un pequeño rubor en sus mejillas, pero en vez de eso obtengo una sonrisa pícara.
- Puede -me da una palmada con la mano en una de las nalgas.
- ¡Hey! -me quejo riendo.
- Hace tiempo me pediste un azote -levanta las manos con inocencia.
No puedo evitar reír, me encanta que se ponga bromista, se ve tan revienta bragas comportándose juguetón.
- ¿Qué quieres desayunar? -pregunta pasando los dedos por mis omóplatos.
- A ti.
- ¿Me vas a comer? -se nota que le hace mucha gracia.
Asiento ilusionada ganándome una carcajada por su parte.
...
- Debería subir -digo con los labios pegados a los suyos.
- Deberíamos habernos quedado en la cama -sonríe, acariciando mi nuca.
- No hemos ido a trabajar por la mañana por estar en la cama -le recuerdo.
Miles y yo nos hemos pasado toda la mañana en su dormitorio, pero no teniendo sexo, Miles se ha puesto cariñoso y le ha dado por los arrumacos y roces poco castos. Sus grandes manos se sentían increíbles contra mi piel, y ya ni os cuento sobre sus besos por mi cuello.
Maldito dios de las nalgas de oro que juega con su sensualidad en mi contra.
- Te recuerdo que soy el jefe.
- Te recuerdo que fuera de la tienda solo eres el niño bonito -cojo sus mejillas entre mis manos y le doy un último beso-. ¿Seguro que no quieres subir?
- Tengo que hacer unas gestiones. Nos vemos en la tienda.
Me da otro beso, pero en la mejilla, y salgo de su coche para entrar al edificio en el que vivo. En el espejo del ascensor me sonrojo al ver que llevo la misma ropa que el sábado por la noche, y ya estamos a lunes.
Nunca habia hecho una locura de esta magnitud, llegar por la mañana con el pelo hecho un nido de pájaros después se haber tenido sexo salvaje con un chico del que apenas sé nada.
Ya me siento como una veinteañera.
Ese comentario me recuerda que mi vigésimo cumpleaños está cerca, muy cerca. A penas faltan dos semanas para que llegue ese día y haya envejecido un año.
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Las 10 reglas sobre el sexo [L10RSES] ©
Chick-LitLara White es una chica que, después de descubrir a su novio siéndolo infiel, decide darle un cambio a su vida: ser más espontanea, más atrevida, más lanzada. Gracias al trabajo que su madre le ha obligado a aceptar, conoce al hombre de sus sueños...