-¿Noche de chicas?-pregunta Miles incrédulo por la contradicción de que ellos son hombres-. ¿La del helado?
Asiento con una sonrisa enorme. Ahora mismo la idea de que Miles venga a mi casa me parece una grandiosa idea. Después podría llevarlo a mi dormitorio, ponerme cariñosa y convencerlo para que pase la noche conmigo. Suena perfecto.
-Los dos estáis invitados -me acerco a Miles-. Pero tenéis que traer helado.
Sonríe divertido y se rasca la barbilla para pensar la respuesta. Aleteo las pestañas para convencerlo con la poca dulzura que tengo, parece que funciona. Cuando siento su mano en mi cintura casi suelto un suspiro de satisfacción. Mi cuerpo reacciona a su tacto, aún recuerda lo que esas manos han hecho conmigo en más de una noche.
-¿Tus amigas son guapas?-pregunta Yon sacándome de mis pensamientos perversos.
-Una es la novia de mi primo -advierte Miles con mirada amenazante.
-Pero habrán otras, ¿no? -pregunta obvio.
Me da la impresión de que Yon es un Don Juan. Con su encanto y su sonrisa, más de una debe caer a sus pies.
-Tengo una amiga que te encantará -digo sin moverme para que la mano de Miles siga en mi espalda, solo giro la cabeza. Noto que me empuja levemente hacia él, me dejo llegar hasta que mi costado queda apoyado en su pecho-. ¿Te gustan las morenas?
-Me encantan -Yon sonríe.
-La adoraras -sonrío de vuelta.
Puede que él vaya a estar encantado con Mackenzie, pero ella no creo que tanto con él. Yon parece muy insistente y cabezota, ella odia a los pesados y es la más cabezota del mundo. ¡Esta noche arde la de Troya!
-¿A que hora nos pasamos por allí? -pregunta Miles acariciando mi espalda.
-Cuando queráis -respondo inmediatamente.
Sonríe, y esa sonrisa va dedicada solo a mi. Quiero darle un beso, y lo haría si no fuese porque su amigo nos está observando.
Hoy tiene el pelo un poco despeinado, lo que lo hace ver un poco más relajado y guapo.
-Hasta luego -digo, aunque no quiero quitar su mano de encima mío.
-Hasta luego, preciosa -baja su cara hasta la mía, pero no besa mi boca, presiona los labios en mi mejilla-. Te quedo debiendo un beso de verdad-susurra para que solo yo lo escuche.
Sonrío aún más. Esta va a ser una gran noche. Pienso estropear la cita de Savannah y montarle una a Mackenzie.
Nadie se mete con Lara White.
(...)
-¿Has invitado a Miles? -pregunta Savannah sonriendo a lo que asiento-. ¡Gracias, cariño!
Dejo que me abrace unos instantes antes de subir a mi dormitorio y coger mi ropa interior para meterme en el baño que compartimos las tres. Me aseo y todas esas cosas que sabemos que las chicas hacen en el baño, y salgo con mi ropa interior, conjuntada de color negro, puesta. Nunca se sabe si esta noche triunfo, hay que estar preparada. Por el pasillo me encuentro a Mackenzie en su pijama de ositos de pantalón corto. Bueno, todo el pijama es corto. Creo que lo tiene desde los catorce años y digamos que ha crecido desde entonces.
-¿Iras así?-pregunto incrédula.
-Es noche de chicas y eso incluye mi pijama de dibujitos -dice tajamte antes de perderse por la puerta de su cuarto.
Pongo los ojos en blanco. No discutiré con ella. Esto del pijama solo hace más interesante la situación que crearé esta noche.
El timbre de la casa suena.
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Las 10 reglas sobre el sexo [L10RSES] ©
Literatura FemininaLara White es una chica que, después de descubrir a su novio siéndolo infiel, decide darle un cambio a su vida: ser más espontanea, más atrevida, más lanzada. Gracias al trabajo que su madre le ha obligado a aceptar, conoce al hombre de sus sueños...