Capítulo 10.

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No olvidéis leer la nota de autor. Hay muchas novedades.

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Al llegar a casa no puedo evitar cruzar el salón dando saltitos de felicidad. Creo que las últimas horas han sido las mejores de mi vida. Me he enrollado con el hijo de mi jefe, he dormido con él, he visto toda su espalda y culo al desnudo, he encontrado el coche de mis fantasías eróticas y le he dado en todos los morros a Brody con ayuda de los labios de Miles. Hablamdo de besos... Ese en concreto se ha sentido tan bueno y caliente. Los boxers de Miles que llevo puestos ya están en mis tobillos solo por sentir sus labios contra los míos. Muero de ganas de saber como me sentiré con su respiración en mi oído.

— ¡Hija de perra! —escucho desde la cocina— ¿Que son estas horas de llegar? —pregunta Savannah mirando mi ropa de hombre—. ¿Te lo has tirado?

— ¡Claro que ha mojado! ¡Mira la cara de orgasmo que tiene! —Mackenzie aplaude emocionada—. ¿Cómo ha sido? ¿Cuántas veces? ¿En que posturas? ¿La tiene grande? ¿Está depilado? ¿Su culo se ve igual de comestible al desnudo? ¿Es de los dulces o de los que folla duro? ¡Habla, cabrona suertuda! ¡Habla, te digo!

Las miro conteniendo la risa. Me encantaria poder responder a todas y cada una de esas preguntas con conocimiento de causa, pero solo tengo la información para una.

— Sus nalgas son más hermosas sin ropa —suspiro melancólica recordando las vistas que escondían las sábanas—. Pero no me lo he tirado, para desgracia mía.

Ambas hacen una mueca de decepción. Mi plan funciona, pero más despacio de lo que pensé que iría.

— ¿Sabéis qué? —pregunto intentando acaba con el silecio—. Tiene un jodido R8.

Las mandíbulas de mis amigas están por el suelo de la impresión. Ede coche tiene el mismo efecto en las tres.

— ¿Un R8? Decidido —Savannah asiente muy seria—. Si no te lo tiras en una semana, lo haré yo y en ese coche.

— ¡Ni se te ocurra, Williams! —la miro horrible—. Una semana es muy poco tiempo.

Esto pinta muy mal. Savannah es de las que si se propone algo lo consigue cueste lo que cueste. Es guapa, inteligente y tiene dinero. Quería la mejor nota del instituto, la consiguió; quería ser la reina del baile, lo consiguió; quería un audi, lo consiguió; quería vivir con sus amigas, lo consiguió; quería el dormitorio con el baño más cerca y lo consiguió. No conoce la palabra no.

— Te doy dos por que somos amigas —palmea mi espalda para después desaparecer del salón.

— No será capaz, ¿verdad? —pregunto a Mackenzie.

— No. No creo —se encoge de hombros—. Aunque... Bueno... —suspira—. La verdad no tengo ni idea.

— Estoy jodida.

Savannah es buena amiga. Jamás me quitaría al chico que intento conquistar. Aunque también es muy ambiciosa y no se rinde fácilmente, así que estoy realmente confusa. Ayer me dijo que si no ligaba con él, ella lo haría; y hoy me dice que si no me lo tiro en dos semanas, me lo quitará.

Creo que debo acelerar mi plan y dejar la cautela fuera del mapa.

Con la cabeza baja por la traición que siento que mi amiga está haciéndome, subo las escaleras y me encierro en el baño. Me quito la ropa, dejándola caer al suelo y me adentro en la ducha dejando que el agua tibia se lleve todo rastro de tensión. Una vez limpia, me envuelvo en una toalla y salgo del baño ignorando que mi rubia melena, ahora oscura por el agua, va chorreando.

Las 10 reglas sobre el sexo [L10RSES] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora