Capítulo 7.

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— Me lo he pasado muy bien —dice Colton al dejarme delante de la tienda.

— Yo también —le sonrío sincera.

La verdad, nos lo hemos pasado como dos niños pequeños en un castillo hinchable, o yo en una heladería.

— ¿Qué te parece salir de nuevo un día de estos? —pregunta metiendo las manos el sus bolsillos.

— Me encantaría.

— Genial —se acerca y me da un beso en la mejilla—. Te llamo.

Se va alejando poco a poco, caminando de espaldas y sin dejar de mirarme.

— ¡Adiós! —sacudo la mano y vuelvo de nuevo a la tienda.

Cuando entro veo a Miles y Billy caminando de un lado a otro de la tienda. En el momento en el que el hijo de mi jefe me ve suspira alivido y se acerca a mi con paso firme.

La Lara lujuriosa está rezando por que me tome entra sus brazos y me empotre contra la pared.

— ¿Dónde estabas? —pregunta nervioso

— Estaba comiendo —miro la hora en mi reloj y veo que he llegado antes de tiempo—. ¿Qué pasa?

— Llevo rato llamándote al móvil y no lo coges —se pasa los dedos por el pelo, claramente frustrado—. ¿No recuerdas la promoción?

— No sé de que me hablas —miro mi móvil y no tengo ninguna llamada perdida—. A mi no me aprece que me hayan llamado.

— ¿No es este tu número? —pregunta enseñandome mi ficha de empleada.

Con la mirada reviso el documento.

— Ese es el móvil de mi madre, fue ella la que me consiguió el trabajo.

— Prepárate. En media hora tenemos que ir allí —me arrastra a la sala de personal.

— Sr. Bennet, ¿de qué habla?

— ¿Billy no te lo ha dicho?

— ¿Decirme el qué?

— Hoy va a haber un torneo de surf y tenemos que montar una parada el la playa para promocionar la tienda. Ponte el bañador y la camiseta con el logo de una vez o llegaremos tarde.

— Sr. Bennet, Billy no me ha dicho que tuviese que traer el bañador —me cruzo de brazos—. No he traído traje de baño.

Lo escucho maldecir a Billy en voz muy bajita. Mi yo interior se regocija al saber que no soy la única que lo odia.

— ¿No puedo ir con ropa?

— No. Por que precisamente todos van a ir en bañador —se masajea el puente de la nariz pensando una solución—. ¡Ya está! Escoge el que quieras de la tienda y ponte la camiseta que hay sobre mi mesa. Billy y yo vamos montando la parada. Te espero en la playa. Cierra la tienda —me lanza las llaves—. No tardes, Lara.

Mierda. Odio las prisas.

Cuando ambos salen, cierro la puerta para poder tener más intimidad. Me siento como en pretty woman escogiendo bañadores.

Ninguno me gusta, son muy deportivos. Al fin veo uno negro, sencillo y liso. Sí, me gusta. Me lo pongo y voy al despacho para buscar la camiseta que me ha dicho Miles. La veo inmediatamente, es azul cielo y tiene el logo de la tienda. Una vez me pongo mis chanclas, cojo las llaves de la tienda y salgo cerrando la puerta con seguro. Me revuelvo el pelo para hacer que mi rubia melena se vea sexy.

Casi me caigo al suelo al ver a Miles con bañador, una camiseta de la tienda y unas gafas de sol negras. Lo miro asombrada. Sus músculos se marcan bajo esa camiseta. Quisiera arrancarsela con los dientes.

Las 10 reglas sobre el sexo [L10RSES] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora