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Lluvia

Las tertulias matutinas de mis padres sobre cuando podía salir y lo mucho q debía cuidarme eran kilométricas.
Mi padre era el único autorizado en salir de casa y sólo para trabajar. Yo de costumbre salía por mi ventana sin embargo no tenía permitido tocar pavimento.
Mi madre me descubrió y por temor se lo contó a él. Ambos me castigaron si es q ya no lo estaba y clausuraron mi ventana para q fuese imposible salir.
La ira se instaló en mí nuevamente.
¡¿Por qué tenia q hacer a fuerza lo q dijeran?!
Pasee la casa en busca d alguna distracción más q mis libros.
No había absolutamente nada que llamase mi atención.
Sin embargo un ruido detrás d una d las puertas de la casa m sorprendió.
Era el trastero, mi cuarto oscuro de los castigos.
Abrí la puerta con temor, odiaba los únicos recuerdos q tenía, y todos habían sido aquí, encerrada.
El causante del sonido fue una pequeña lata de galletas vieja q abrí con cuidado.
El contenido me sorprendió arduamente sin embargo no moví un músculo.
Habían fotos, muchas fotos de diferentes personas q ninguno de los tres conocía a fondo.
Habían incluso fotos de Lucas, Raizza y Francis.
Mostraban sus lugares habituales en el fondo y una marca a plumón en las esquinas.
Eran las víctimas del asesino en serie.
¡¿Por qué estaban aquí estas fotos?!
Me alteré al notar la existencia d una foto más... Era David...
David está en estas fotos.
¡¿Por qué?!
¡¿Por qué está esto en mi casa?!
El sonido de la puerta abriéndose me alertó.
Metí todo de nuevo en la caja y la escondí detrás de mi espalda.
- Mamá.
Dije al verla ingresar al salón por la puerta principal.
- ¿Qué haces cariño?¿Te apetece ayudarme a cocinar?
- Mamá...
La intención de preguntar algo me inundó.
- ¿Sabes de algo malo que le pudo haber pasado a papá?
- ¿De qué hablas?¿Está bien tu padre?
La preocupación en su rostro.
- No, no hablo ahora, en el pasado ¿Sabes algo?
Cambió su expresión acercándose a la barra de la cocina.
- Ah... eso. No lo sé, tu padre es muy reservado.
La mentira en sus palabras.
- Mamá, es importante, necesito saberlo.
- Hija, tu padre es un buen hombre, quizás algo irascible y drástico pero es nuestra familia.
- Eso no es lo que pregunté.
Apretó los labios respirando fuertemente.
- Él tampoco vivió una feliz infancia, al igual que tú también fue castigado por cada nimiedad que hiciera. Estuvo en diferentes orfanatos hasta que lo adoptaron aquellas buenas personas que tienes como abuelos.
- Sabía que era adoptado pero... ¿tanto sufrió?
- Créeme, jamás hizo contigo nada de lo que hicieron con él, tus castigos eran inocentes comparados con los suyos. Quizás no es el mejor padre, ni el mejor esposo pero a ti y a mi nunca nos ha faltado nada. No es su culpa cargar con el recuerdo de lo que sufrió.
- Te equivocas. Una persona por más dolor que haya soportado no tiene el derecho de hacerle sentir a otra un poco de ese dolor. ¿Acaso se siente mejor viendo que la historia se repite? Está en sus manos olvidar su pasado sobre todo cuando tiene el apoyo de su esposa, hija y padres.
- Lluvia... no es así... él es distinto, no puede controlarlo... él...
Lagrimas rodaron por sus mejillas.
- Él cambió cuando tu naciste, él no era tan adusto ni tan recto. Algo más debió pasarle.
- Es psiquiatra mamá, algo en su subconsciente sabia que necesitaría tratamiento sólo que no le sirve de nada si se niega a aceptar que tiene un problema y que debe resolverlo.

...

Me mantuve callada, pasmada, casi inerte hasta el día siguiente. Lo menos q hice en el instituto fue estudiar. Odiaba los murmullos sobre los asesinatos y ahora mucho más q sospechaba algo.
Busqué a David por todas partes. No m extrañó no haberlo visto antes, era un verdadero fantasma.
- ¿Me buscabas?
- ¡Cielos, David!
Me asusta cerca de los baños
- ¿Por qué me asustas así?
- Bueno... Me gusta cuando gritas mi nombre.
- Muy gracioso pero tengo algo q contarte.

...

- ¿Estas segura?
- ¿Cómo no voy a estarlo? Sé lo q vi.
- No dudo d ti, pero es una acusación bastante seria.
- Lo sé, siempre supe q mi padre no era un alma blanca pero ¿esto? Es demasiado.
- ¿Cómo sabes q es tu padre?
- ¡No va a ser mi madre! Ella ni siquiera sale d casa y no vive nadie más con nosotros.
- Quizás no signifique nada y todo sea casualidad.
- ¿Casualidad? No creo, tantas fotos, las marcas, no puede ser coincidencia.
- ¿Quieres ir a la policía?
- ¿Debería?
- Eso solo lo puedes responder tú.
- Hay algo más.
- ¿Qué?
Jugueteé con mis dedos esquivando la pregunta.
- Dime.
- Bueno... tenías razón, mi padre tiene un trastorno, algún trauma del pasado.
- ¿Cómo sabes?
- Mamá me lo contó. Aunque lo defiende a muerte.
- Está enamorada.
- Obsesionada más bien.
- Es comprensible, le conoce mejor que nadie, han vivido juntos mucho tiempo, cubre sus defectos y se obliga a pensar que después de todo las cosas están bien porque no quiere ni destruirá su familia.
- Ni siquiera la conoces ¿ya has hecho un perfil para ella?
- Lo siento, ya sabes como soy.
Medio sonreí al recordar su perfil sobre mí.
Tenía razón el muy astuto.



Pensándolo, mi padre odiaba a Lucas, a él y a todos mis amigos d fiesta.
¿sabría algo d David?
No podía permitir q le pasara algo por callar. Jamás m perdonaría haber podido impedir algo así.
Lo hice, casi sin fuerzas y hecha pedazos pero lo hice. Denuncié a mi padre con la justicia.
Las fotos eran pruebas suficientes para detenerlo y a pesar d q esperé q m gritara no movió músculo alguno al enterarse.
Su semblante era distinto, casi normal como el d los otros padres.
¿habría cometido un error?
¿Sería inocente?
Mi madre se hartó a llorar sola en su habitación.
Estuvo horas sin poder hablarme.
No paraba de gritar q estaba equivocada q mi padre era inocente y q las fotos sólo eran coincidencia
La decepción y la tristeza llegaron para reemplazar la rabia q mi padre solía activar.
Me sentí culpable...
Por Lucas, por todos los chicos muertos... No debí acercarme a ellos pero ¿cómo iba a saber?
Por otro lado, cruel... Por despedazar a mi madre quien se desvivía por él.
¿soy yo el monstruo?
A todos se les pareció olvidar el asesino en serie para recordar q la propia hija del Sr. Sampson lo había denunciado.
¿cómo pueden ser tan insensibles?
Hablé para terminar con las muertes, finalizar con el dolor de los familiares de las víctimas.
¿Por qué siento q soy yo la mala?
- ¿Dormirás hoy?
Me gire hacia su encuentro sobre el colchón
- Es tarde, debes dormir un poco.
- No puedo.
- No tienes la culpa d nada. Deja d pensar y d martirizarte.
- Abrázame.
Le pedí y lo hizo con gusto. Sin él a mi espalda ya no podía conciliar el sueño.
No quería regresar a casa.
Mi madre m odiaba y en la calle no hacían más q mirarme extraño.
¿qué hay de malo con ellos?
No soy yo la asesina ¿qué les pasa?

Lluvia [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora