Capítulo 2

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A partir de ese día donde le fue arrebatada su inocencia todo cambió, abandonó el equipo dejando su renuncia al pelele del Hokage, a Iruka. El rubio no volvió a mostrarse a su equipo, dejó ese maldito departamento al que le había prendido fuego, no le interesaba quien se moría por ese acto, no ha vuelto a ver a ese desgraciado anciano, comenzó a vivir en las calles hasta que encontró un lugar en el bosque. El anciano no decía nada de su ausencia, lo justificaba como una etapa de rebeldía, lo dio de baja temporal, no le convenía buscarlo, con saber que estaba en la aldea bastaba. El Uzumaki se dedicó a robar para mantenerse, usaba sus pocas habilidades para lograrlo, extrañamente lo atrapaban y las golpizas dolían un infierno, generalmente cuando usaban shinobis para detenerlo, esa noche era la primera vez que alguien lo defendía, pero no se la iba a creer, si algo había aprendido en esos pocos meses, es que nadie da nada sin esperar algo a cambio. En la zona roja se acostumbró a escuchar como hacían favores, la droga, el sake, las mamadas y cogidas eran el pago, no había caído en ello, pero había aprendido, iba seguido porque ahí le recibían el dinero para comprar alimento y cosas para vivir, aunque era más caro. Podía observar la manera de trabajar del mundo, duraba horas observando a las prostitutas y a la gente negociar en las calles, necesitaba dinero para sobrevivir, necesitaba que el anciano se confiara y lo olvidara para vengarse, no se iba a detener hasta conseguir su objetivo.

Por las mañanas iba a los campos de entrenamiento y observaba a los equipos, principalmente a los de rastreo y de taijutsu, cuando conseguía algo se iba y entrenaba por días, no se iba a quedar de brazos cruzados, se haría fuerte, ese sueño no lo haría a un lado. En una de sus escapadas por los campos de entrenamiento observó como el idiota de Sasuke quien tenía todo lo que él nunca tuvo, era entrenado con cariño por su hermano, pudo observar las dianas en los árboles, agachó su vista viendo el kunai en su mano, observó al mayor como agarraba el kunai con cuidado y estilo, tenía que ser específico, no tenía sensei, así que debía poner aún más atención, hizo el movimiento con la muñeca, observó al idiota cola de pato equivocarse y sus correcciones, una hora después empezaron con ninjutsu, naturaleza de chakra fuego, grabó en su memoria los sellos que hacía el menor, al mayor era casi imposible seguirlo, era alguien poderoso y avanzado.

El pequeño se dio cuenta que lo había detectado desde el inicio, pero no hizo nada por correrlo, así que continuó, a momentos podía sentir su mirada oscura, pero mientras no lo corriera no se movería, le causaba algo de curiosidad. Al finalizar el entrenamiento el pequeño corrió por los árboles hacia su pequeño rinconcito, empezó a practicar lo que aprendía, aún eran las doce del día, tenía toda la tarde para avanzar, colocó tiros y dianas colgados en los árboles como los Uchihas, comenzó a practicar, después serían cambiados por clones en movimiento.

Al día siguiente después de su calentamiento comenzó a practicar nuevamente con el kunai, unas horas después con los sellos del jutsu de fuego, él no entendía una mierda que era la naturaleza de chakra, así que entrenaba los sellos siguiendo las instrucciones, sabía que gastaba mucho chakra y no le importaba saber el porqué, simplemente quería lograrlo, continuó por semanas hasta que lo consiguió y aumentó el tamaño de la bola de fuego, sonrió con arrogancia cuando lo logró. Su bukijutsu también avanzaba a pasos acelerados, tuvo que robar más kunais para continuar su entrenamiento, se divertía bastante al burlarse de esos estúpidos cuando lo hacía.

.....

Algunas semana después tenía que ir a ver al tipo verde de taijutsu, usaría un clon para verificar qué tan peligroso era acercarse, si el clon desaparecía rápido, quería decir que debía buscar otro sensei que espiar, mientras tanto, él corría sobre un cerro cargando unas pequeñas piedras a su espalda, una y otra vez lo hacía sin parar, medio día después el clon reventó, algo estuvo extraño, ¿por qué recordaba las memorias del clon?, se quedó viendo a la nada analizando, hasta que sonrió con maldad, había entendido el secreto de esa bendita técnica, comenzó a reírse como psicópata, mandó a un clon a cada campo de entrenamiento a copiar jutsus y técnicas, no le importaba, todo ayudaba, mandó a clones con henges a la biblioteca, con cinco bastarían, los dejaría todo el día por semanas, creó tantos clones como aguantaba para entrenar mientras él copiaba el riguroso entrenamiento físico del sujeto de verde, era obvio que la memoria muscular no funcionaba de esa manera.

Los días siguientes había clones tratando de trepar árboles y caminar sobre el agua, había copiado un jutsu, el de bola de fuego del idiota, un jutsu tierra, todos esos gennin eran unos idiotas, ninguno se había dado cuenta de su presencia. El único adulto que lo había percibido había sido el azabache y en algún momento Kakashi, el sensei intentó acercarse a él, pero desapareció el clon, no volvió al campo siete, con los días su conocimiento en la biblioteca le abrió panoramas distintos, quería aprender todas las malditas artes ninjas que pudiera, meses después, mandó clones al área de sellado de la biblioteca, necesitaba recursos para la tinta y los pergaminos, se metió a casas grandes con sus clones, usando sus habilidades para colarse en los sitios más inhóspitos, lograba llegar a las cajas fuertes de los aldeanos, era una vez por semana, al recibir más dinero podía darse el lujo, si lo hacía a diario lo detectarían de inmediato, trataba de turnar las zonas y cambiar patrones de robo, según lo que había leído de anbu en biblioteca, por las noches contaba sus ganancias con risas malignas y divertidas, ahora escondía su dinero en pergaminos, no era estúpido, no robaría en las casas de los consejeros ni clanes, usaban shinobis para resguardarlas, pero los comerciantes eran otro tema, usaba henges, si lo atrapaban simplemente desaparecía. Al ser tan precavido comenzó a buscar sentir chakras en las zonas para sus crímenes, sonreía con diversión al darse cuenta que cada día ampliaba su rango de percepción, ya no se presentaba en la aldea, seguía mandando clones con su imagen para hacer creer a los bastardos que era débil, esa vida de mierda había terminado.

Calculador (Itanaru / Shikanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora