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Después de que los rojos ganaran la alianza con Dorne, se tomaron un tiempo para disfrutar de todo lo que habían logrado

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Después de que los rojos ganaran la alianza con Dorne, se tomaron un tiempo para disfrutar de todo lo que habían logrado.

Organizaron un gran banquete en honor a la victoria de los hijos rojos y sus nuevos aliados.

Visenya sintió como las manos de Daemon comenzaron a recorrer su espalda descubierta.

— Daemon...te pedí que me cerraras el vestido— regaño la platinada, el príncipe no hizo caso y siguió recorriendo la espalda de Visenya— Cariño, nuestros invitados llegarán en cualquier momento. — Susurró, suspirando.

— Mucho invierno en Dragonstone — Por el tono que lo dijo, parecía no agradarle para nada la visita de Cregan Stark.

— Daemon...— Se giró para mirarlo y lo regañó —Conozco a Cregan desde que era un niño pequeño. Es amable, respetuoso, y de buenas intenciones.— Comentó. Asintió no muy convencido, mientras obedecía a su esposa y cerraba la espalda del vestido celeste que llevaba. Al terminar dejó un beso sobre su coronilla, algo que la hizo sonreír.

— ¡Mamá! — Alysanne ingresó a la habitación matrimonial, con una cinta roja en su mano— ¿Puedes peinarme?

Visenya hizo una mueca, tenía que alistar todo para la llegada de Cregan y peinar a su hija menor le llevaría bastante tiempo.

— Corazón, tu madre está algo ocupada— Murmuró el platinado.

— Puedes peinarla tú. — Respondió su esposa, él frunció el ceño. Algo había aprendido durante tanto tiempo y ya con cuatro hijas, a las malas... A Rowan le hizo nudos insalvables, logrando que se convenza de jamás usar peinados. Megara jamás quiso peinados, pero de pequeña tenía que usarlos, hasta que su padre le hizo una trenza que Visenya estuvo horas desenredando. Desde ese momento, juró nunca más hacerse algo en el cabello y le anotó una venganza contra su padre, cuando le puso resina en los frascos de aceites que solía usar al ducharse. Desde ese momento, Daemon aprendió a tomar con responsabilidad el peinado de una dama. — Sabes cual trenza le gusta— La princesa dejó un casto beso en los labios de Daemon, provocando que su hija hiciera una mueca.

𝐏𝐔𝐑𝐄 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 ⋆ 𝐃𝐀𝐄𝐌𝐎𝐍 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora