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El sonido de un pequeño tintineo no pasó desapercibido para Megara

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El sonido de un pequeño tintineo no pasó desapercibido para Megara. Lo conocía bien, así que se levantó lentamente, cuidando no despertar al norteño que dormía a su lado. Asegurándose de que su túnica de dormir estuviera bien ajustada, comenzó a caminar por los pasillos donde el viento soplaba con fuerza. Ese pequeño sonido resonaba claramente en su mente. Con cautela, abrió la puerta de donde provenía el ruido, encontrándose con la chimenea rugiendo intensamente.

– Pareces acostumbrada al norte – resonó una voz ronca que llenó la habitación. La sorpresa se reflejó en el rostro de la platinada, sin saber si podría articular palabra alguna.

– ¿Qué haces aquí? – exclamó, mirándolo fijamente y examinando rápidamente al Targaryen frente a ella.

– Vine a buscar una alianza – murmuró con sinceridad. Sabía que era una pérdida de tiempo venir al norte. Ellos apoyarían a los rojos, mantenían una relación cercana, y Reid, quien pudo haber sido el lord de Winterfell, era un factor crucial. – Pero creo que tú ya aseguraste el norte – añadió con un tono que denotaba resignación.

– No hagas esto, Aemond – pidió con un toque de súplica en su voz. No quería pelear con él, aunque sabía que en algún momento pensó en hacerlo. El príncipe de un solo ojo había marcado su vida, y dudaba poder olvidar el cariño que le tenía. – Tú tomaste la elección.

Los pasos acelerados de Aemond fueron inesperados. Megara apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando lo tuvo muy cerca.
– ¿Elección? ¿Qué elección hice yo? – exclamó, lo suficientemente alto para que su enojo y resentimiento quedaran claros. – No hice ninguna elección. No tenía posibilidad... a diferencia tuya, tú elegiste hacerlo, yo debía.

– ¿Tuviste? ¡Tú pudiste elegirnos! – Las palabras de la hija menor de Visenya eran filosas como dagas. – Tú pudiste... elegirme.
– No, no tenía opción – Aemond se negaba a ver lo evidente, le dolía saber que sí existió esa posibilidad.

– Nunca tuviste que venir aquí – la tensión y tristeza en el ambiente eran palpables, sabía que ahora estaban separados por el deber pero no quería causar algún daño en la persona que tanto amo y seguía amando, los años y el tiempo no se borrarán con tanta rapidez.

𝐏𝐔𝐑𝐄 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 ⋆ 𝐃𝐀𝐄𝐌𝐎𝐍 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora