𝐏𝐔𝐑𝐄 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 ⋆ 𝐃𝐀𝐄𝐌𝐎𝐍 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍

𝟎𝟏

En el momento que Visenya Targaryen pisó por primera vez la fortaleza tenía seis años. Era imperativa y escurridiza para ser una princesa, algo que tenía profunda relación con su crianza, la princesa Rhaenys, quien era su medio hermana, había gozado de una educación que Jocelyn no le permitía a la pequeña "bastarda".

La joven poseía unos ojos violetas al igual que el cabello blanco plata, tenía todas las características de la pureza familiar, y cuando Jaehaerys la vio por primera vez, supo que su nieta era una Targaryen pura. Aunque todos dijeran que ella nunca debió existir, cosa que se debía a que nadie creyó posible que "la princesa ramera" logre su cometido con su hermano, un hombre tan parecido a su padre, que el pueblo lamentó la muerte de "el renacido rey viejo", para el rey de aquel entonces no había dudas de que ella estaba predestinada, solo era una pequeña sin culpa alguna de haber nacido de una infidelidad. Él la quiso con todo su corazón y la transformó en una Targaryen digna, en alguien que no llevaría el título de bastarda, para él era una princesa legítima, la corrección de todo los errores que había cometido su hermosa hija, de quién aún le dolía el recuerdo.

— Este vestido es horrible— dijo la pequeña mirándose al espejo haciendo muecas de disconformidad, la reina Aemma rió por lo que la escuchó decir.

— Bueno...creo que podríamos buscarte otro color.-

— Rojo— Murmuró— Me gusta el rojo.

— Excelente.

Otto Hightower, a quien nada se le pasaba desapercibido, notó como el rey y la reina parecían tener un favoritismo por la pequeña platinada, quien, convincentemente demostraba que poseía sangre de dragón.

Cuando viserys creyó correcto que Otto Hightower sería una gran ayuda para criarla nunca imaginó que ellos se volverían muy unidos, donde iba Otto estaba Visenya detrás, escuchando y colocando atención; aprendiendo cada cosa, cómo se conseguían alianzas, cómo manejar un reino, como administrarlo. Él le daba sabios consejos, la instruía para tener el poder, le enseñaba cómo dominar a las personas con palabras, a no dejarse nublar por el amor a sus seres queridos, a ponerse objetivos y llegar a ellos, a conquistar sus ambiciones. Muchos decían que ella sería una gran reina, era la favorita del pueblo ya que a la edad de trece años comenzó a repartir comida y dinero a la gente que lo necesitaba, escuchaba sus pedidos y los presentaba ante el rey, decidida a que haga algo al respecto. Le daba voz a la gente que lo necesitaba y cuidaba de sus interés, pero ella no podía ser perfecta en cada cosa que hacía, su mayor defecto fue interesarse por el príncipe maldito como Otto lo llamaba; Daemon Targaryen, quien robaba suspiros de su prima de su prima. Ella le dedicaba la atención y tiempo que el príncipe canalla necesitaba, por eso, solía acudir a Visenya antes que nada, apenas pisaba la capital, como si su instinto de hombre lo reclamara, como si sus sentidos lo hicieran correr hasta ella, en busca de su compañía anhelada.