XXXIV. EXTRA Meine Liebe [2da parte]

2.8K 408 78
                                    

«Gulf»

-- Gulf... Amor... Ya son las cinco...

Escucho esas palabras a lo lejos y me niego a despertar. Me acurruco más a la almohada, y suspiro para liberar presión.

>> Cariño... ¿No irás al hospital?

Abro los ojos lentamente, después de llegar cansados el día de ayer, Tull y Max nos recibieron y estuvimos descansando todo el domingo, pero hoy se tenía que iniciar nuestra nueva vida, no voy a negar que estoy contento, iniciar aquí, a lo mejor me encuentre con mis ex compañeros como ya todos unos doctores y sean mis maestros ahora. Será raro.

Aunque más raro el día de ayer.

Que en cuanto pusimos un pie fuera del avión, salí corriendo a toda prisa porque las náuseas no me dejaron en paz. Ahora solo quiero dormir.

-- Gulf... -- dice de nuevo, sintiendo sus besos en mi mejilla, abrí un ojo y sonreí al ver al tipo sin camisa

-- Media hora más.. -- me pongo de lado

-- No.. -- se queja -- anda, abre los ojos... Anoche te dormiste como a las ocho, ¿Estás bien?

-- Hum.. -- medio sonrío -- ¿Ustedes a qué hora? ¿Quedó lista la habitación de Nayla? -- asiente -- Lo siento, estaba cansado...

-- Entonces hoy no vayas. -- su naríz rosa con la mía

-- Olvidaba que tú todo resuelves con no ir y ya...

-- Quedemonos entonces...

Me rio un tanto por su petición y es que siento sus malas intenciones pegando en mi pierna. Dejando besos en mi mejilla, en la abertura de mi cuello, mordí mi labio cuando sus manos estaban por debajo de mi pijama.

-- ¿Tu plan es levantarme media hora antes para esto? -- niego

-- Es que... -- lo tengo encima de mi -- me siento mal.

Arrugué mi frente.

-- ¿Qué pasa? -- dije preocupado

-- No se me baja la temperatura lo juro... ¿Qué me recetas?

-- Que te quites la ropa.

Me reí, colocando una mano en su frente, recorrí su rostro pero luego su boca atrapó mis dedos, chupándoles mordí mi labio y cuando menos lo imaginé mi pijama ya no estaba, siendo consumido por el tipo pelinegro que me dice cosas pervertidas al oído, y me hace gemir en sus oídos mientras me muevo a su ritmo. Jadeando de placer, ya no quería ir a ningún lado y solo quería quedarme sentado sobre él, escuchando el ruido que hace su erección al deslizarme sobre ella y verle a los ojos.

-- Te eché de menos esta semana... -- me dice agitado a mi lado.

La cama está echa un asco, mojada, pero sonreí al verle mirarme como si fuera la primera vez.

-- Yo también amor...

Me acurruco en sus brazos y el me envuelve con ellos, sintiendo su olor, cerré los ojos pero quería tenerlo un momento así, a veces no lo veía en todo el día. La alarma hacía quince minutos había sonado y ninguno quería ponerse de pie.

Hasta que la realidad nos llamaba, hoy era nuestro primer día aquí, y en unos días había convencido a mis padres de tener una comida todos juntos. Dónde aceptaran a Mew, espero que no sea un desastre.

Por eso me puse de pie, yendo a tomar un baño entre besos que nadie quería terminar, pero al final terminamos por vestirnos, llevándome todas mis cosas en una pequeña maleta, mi bata sobre mi brazo izquierdo y Mew atrás de mi, todos llegaríamos por algo de comer de camino a nuestro destino, no habría desayunos ni comidas familiares hasta que fuéramos al súper mercado.

¡PAPÁ EN APUROS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora