Sentía los párpados pesados, la espalda dolorida y mi cuerpo entero pidiendo a gritos que vuelva a la cama a dormir unas horas más, pero ya eran las 12:45 del mediodía, no podía desperdiciar un minuto más.
- ¿No que hoy serías productivo?. - Dijo Beatrice algo divertida, llenando de chocolatada el vaso de Jean.
- Mi productividad desapareció desde que apoyé mi cabeza en esa almohada. - Revolví mi té con una cuchara, sin ánimos de siquiera desayunar.
- ¿Qué se supone que harías hoy?. - Se sentó en un extremo de la mesa, prácticamente a mi lado y al lado de Jean. - Tienes un año entero para hacer todo lo que quieras, ¿por qué apurarse?.
- Debería ir a conocer la universidad y si no lo hago ahora, después será peor. - Tomé un sorbo de mi té, el cual noté que estaba helado.
- Eso debe estar frío, ¿quieres que lo ponga en el microondas?. - Como si pudiera leerme la mente y sin esperar mi respuesta, agarró mi taza y fue a la cocina.
- ¿Tú qué harás hoy, Jean?.
Quise sacar un tema de conversación, pero el pequeño se limitó a encogerse de hombros con total indiferencia. Y creía que yo era el antisocial.
Horas después me encontraba llegando a la puerta de la universidad, estaba bastante nervioso ya que no sabía muy bien qué decir o hacer. Algunas universidades te permiten un recorrido claramente con alguien acompañándote, pero no sabía si ese era el caso esta vez. No tuve que estar mucho tiempo parado como un imbécil, ya que un grupo de personas se me acercaron amigablemente.
- Hola, ¿eres nuevo?. - Sonrió ampliamente.
Era un grupo de tres personas, dos chicos y una chica. Parecían de mi edad, más o menos. Dos de ellos se parecían mucho, supuse que eran familiares.
- Eh..., sí. - Dije una vez que volví a la realidad.
- ¿Necesitas ayuda?. - Dijo de una forma muy amigable.
- Sólo quería saber si es posible un recorrido por la universidad, es que..., vine para conocer un poco el lugar. - Dije nervioso.
- Lamentablemente, hoy no. - Apretó sus labios para luego volverlos a abrir y continuar. - Sólo se pueden los lunes y miércoles. De los horarios no estoy seguro.
Agaché la cabeza un poco, no supe muy bien qué decir.
- Soy Charlie Owen. - Estiró su mano hacia mí. Los otros dos estaban parados a su lado con una cara bastante amigable. - Él es Alex y ella Rose.
- Soy..., soy Noah Lombardi. - Acepté muy incómodamente su saludo. Estaba bastante nervioso, de un momento a otro tenía a tres personas mirándome muy fijamente, aunque fuera de forma amigable. - Es un placer.
- El placer es nuestro. - Pensó un momento. - No eres de aquí, ¿verdad?.
- Me atrapaste. - Dije intentando quitar la tensión que claramente sólo había en mi cabeza. - Soy de Italia.
- Italia es un país hermoso, siempre he querido ir. - Aportó la chica de cabello rubio.
- Me sorprende que siquiera sepas que es un país, Rose. - Se burló el otro chico, que hasta ese momento no había aportado nada.
- ¡Cállate, Alex!. - Rose le pegó un codazo mientras que Charlie puso los ojos en blanco.
- Perdónalos, son algo molestos. - Intentó disculparse el rubio. Yo, por mi parte, sonreí divertido.
- No te preocupes.
- ¿Has comido?. - Enarcó una ceja y ladeó la cabeza, mientras que los otros dos se peleaban como un par de niños pequeños.
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En otra sintonía
RomanceEN CORRECCIÓN. Un año de descanso lejos de los estudios y los conflictos familiares antes de ingresar a la universidad puede venirte bien, sobre todo cuando esas vacaciones incluyen al chico de tus sueños. Noah Lombardi tendrá las mejores experienci...