Capítulo 26: "La maldita indiferencia".

9 3 1
                                    

Pasillos blancos, doctores caminando por todas partes, no pegué el ojo en toda la noche, Emma insistió en quedarse despierta pero al cabo de una hora se quedó dormida en uno de los asientos que yacen en los pasillos del hospital. Hace unas horas había llamado a mi tía y hablé con Lía, no me atrevía a hablar con mi madre, un doctor se acercó hace dos horas para hablarme sobre unos estudios. Víctor se había desmayado por no estar comiendo bien, pero les había parecido raro que sus defensas estén tan bajas, por lo que decidieron hacerle unos estudios de los cuáles no quisieron hablar mucho hasta tener los resultados.

- Noah. - Espetó Lía con una cara de preocupación peor de la que tenía mi tía. - Por dios, ¿estás bien?.

- Estoy mejor, él está bien. - Mencioné en un suspiro mientras correspondía el abrazo de Beatrice. - No estuvo comiendo bien, pero quieren hacerle otros estudios.

- Convencí a Antonella para que se quede en la casa cuidando a Jean. - Espetó mi tía. - Pero por favor, hazme el favor de llamarla en cuanto puedas.

- Sí, tía. - Ahogué un bostezo. - Gracias.

- No hay de qué, cariño. - Volvió a abrazarme y besó mi cabeza intentando consolarme. - Debes estar agotado.

- No dormí bien. - Murmuré lo suficientemente fuerte como para que me escuchara. - No sé qué hacer con Emma.

- ¿Quieres que la lleve a casa?. - Beatrice se acercó a la pequeña y acarició su cabello mientras centraba su mirada en mí. - Podría darle de comer y se distraerá con Jean.

- No quiero dejar a mamá a cargo de los dos chicos. - Me senté al lado de la niña y le dediqué una sonrisa forzada a Lía, quién me miraba preocupada.

- Yo podría ayudarla. - Espetó la pelicastaña mirándonos a Beatrice y a mí. - Beatrice podría quedarse contigo y yo ayudaré a tu madre con los chicos.

- Sí, yo me quedaré contigo. - Mi tía se levantó y clavó su mirada en mí mientras se posiciona al lado de Lía. - No puedes quedarte sólo con Emma, menos con la angustia y estrés que traes.

- Gracias, de verdad. - Espeté en un suspiro de alivio que dejé salir de mi cuerpo, sintiendo un peso menos. - Debería hablar con los chicos, decirles lo que pasó.

- ¿Qué pasó con los padres de Víctor?. - Mi tía enarcó una ceja, nunca preguntó nada al respecto, no era necesario, a excepción de esta ocasión.

- Fallecieron, Víctor estuvo a cargo de Emma desde entonces. - Mencioné con incomodidad. - Pero nunca intervino ningún juez, legalmente Víctor no tiene la tutela.

- ¿Te da miedo que se la lleven?. - Beatrice bajó su voz mientras se acercaba a mí, Lía sólo observaba la conversación. - Es un tema delicado, pero no pasará nada si no preguntan. Víctor es mayor de edad, está en el hospital y se hace cargo de sí mismo, Emma no tiene nada que ver en eso, no te preocupes.

- Está bien. - Dije en un suspiro.

- ¿De qué tratan los estudios que le están haciendo?. - Lía se acercó unos pasos para meterse en la conversación.

- No lo sé, sospechan de algo por sus defensas bajas. - Hice una mueca de confusión. - No veo necesidad de internarlo por eso.

- Debe ser por mientras salen los resultados de los estudios. - Agregó mi tía.

Un doctor se acercó a nosotros, para hablar sobre los estudios, supongo. Su rostro neutral no me permitía descifrar si era una buena o mala noticia, me comía las uñas suplicando que todo estuviera bien, el nudo en mi garganta se hizo más intenso.

- Noah, ¿cierto?. - Espetó el doctor.

- Sí, doctor. - Quería gritarle en la cara que me dijera lo que pasaba, su neutralidad me incomodaba. - ¿Está todo bien con él?.

En otra sintoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora