Unas horas antes de año nuevo, todos estaban aquí: Jean, Beatrice, Antonella, Franco, Charlie, Rose, Felipe, Joyce, Alex y su madre, Emma y... Nadie más.
Nos habíamos sentado en la mesa para cenar antes de ver los fuegos artificiales, Zaz rondaba por alrededor nuestro para robar algún que otro pedazo del pollo, había logrado sentirme mejor en algún punto, o al menos fingía hacerlo, sea como sea, me está ayudando. Semanas atrás revisé junto a Emma las pertenencias de Víctor, para ver si había algo con lo que querríamos quedarnos, me guardé unas cuantas prendas de ropa, discos y cómics viejos. Voy a visitarlo de vez en cuando, me siento junto a él e imagino que me escucha mientras le cuento chismes nuevos, como por ejemplo que Lía y Charlie ya lo habían hecho oficial, que castramos a la pequeña Zaz y que Emma comenzará el colegio junto a Jean el año que entra.
- ¿Tienen pensado a qué universidad entrarán?. - Espetó mi padre con una ceja enarcada y una copa de vino en mano. - No queda mucho tiempo para decidir.
- Sí. - Lía fijó su mirada en mí, yo estaba bastante ocupado comiendo mi porción de pollo. - Tomamos la decisión definitiva.
- ¿Y bien?. - Espetó Antonella.
- Nos quedaremos. - Respondió la pelicastaña, acabando con la intriga de todos los que estaban en la mesa. - Pensamos que es mejor cambiar de aires, nos enamoramos de París.
- ¡Yo gano, Antonella!. - Espetó Beatrice con una sonrisa de victoria de oreja a oreja. - Me debes quinientos euros.
- Oh, cállate. - Protestó mi madre.
Todos carcajeaban mientras Lía y yo nos intercambiamos miradas, confundidos.
- ¿Apostaron por nosotros?. - Enarqué una ceja.
- Por ver si se quedaban o se volvían para Italia. - Respondió mi tía.
- ¿Irán a la misma universidad que todos?. - Espetó Joyce.
- Sí, de hecho a Noah lo conocimos en la puerta de la uni. - Agregó Rose.
Me quedé en silencio el resto de la cena, contemplé a Alex y a su madre, el parecido en esos dos era impresionante, ambos callados comiendo y haciendo los mismos gestos, Charlie estuvo callado también, me dedicó alguna que otra sonrisa al ver que lo miraba y le sujetó la mano a Lía por debajo de la mesa.
Una hora después, todos se dispersaron por el patio, mientras que Lía, Rose y yo levantábamos la mesa, Charlie miraba a Jean y a Emma. Quedaban veinte minutos para que sea año nuevo.
- Oh, mierda. - Protestó la rubia. - Noah, ¿me prestas una sudadera?, hace demasiado frío.
- Claro, ahora voy. - Dejé los platos en el fregadero y me dirigí a mi habitación.
Estaba bastante desordenado aún, Zaz me siguió el paso y jugó con los cordones de mi zapatilla, al agacharme para agarrarla, noté algo debajo de la cama. Se formó un nudo en mi garganta y sentí una punzada en mi pecho al recordar de dónde había salido esa carta, nunca la había abierto, jamás se me pasó por la cabeza que la tendría por este desastre. Me senté en el piecero de mi cama y abrí la carta, esbocé una sonrisa al ver su caligrafía tan desprolija, mis ojos se cristalizaron apenas comencé a leer la carta.
"Hola, trepamuros.
Si estás leyendo esto es porque probablemente ya no esté ahí para hacerte compañía, me hubiese gustado poder disfrutar tantas cosas contigo, tantas cosas que nos quedaron por hacer. Quería que sepas lo feliz que me has hecho, quería intentar explicarte con palabras lo que intento decirte con acciones, y es que desde que llegaste a mi vida algo cambió, todos los días eran increíbles, me hiciste sentir que encontré lo que me faltaba, completaste parte de mí, una gran parte que siempre busqué, te agradezco por haber confiado en mí, por permitirme amarte, por abrirme las puertas a tu vida, por estar ahí aunque no supieras qué decir, por cuidar de Emma, por los besos y experiencias que jamás voy a olvidar, guardo esos recuerdos como si fueran oro.
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En otra sintonía
RomanceEN CORRECCIÓN. Un año de descanso lejos de los estudios y los conflictos familiares antes de ingresar a la universidad puede venirte bien, sobre todo cuando esas vacaciones incluyen al chico de tus sueños. Noah Lombardi tendrá las mejores experienci...