Capítulo 17: "Muestra de interés".

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- El vodka es un asco. - Rose hizo muecas de desagrado. - La cerveza es mejor.

- Obviamente no sabes lo que es la buena vida, Rose. - Puso los ojos en blanco y le dió un sorbo a su vaso de vodka.

- Si van a empezar a pelear, me iré. - Protestó Charlie con una lata de cerveza en la mano. - De verdad, Alex.

Ambos rodaron los ojos y Lía se acercó tímidamente al rubio para invitarlo a bailar.

El bar era bastante tranquilo a comparación de otros.

Cómo si hubieses ido a muchos.

Alex y Rose se fueron a un costado a hablar mientras que la pelicastaña y el rubio bailaban junto al resto de personas desconocidas del lugar. Víctor estaba sentado en la barra junto a mí, estaba bebiendo cerveza y yo una copa de vodka. Habíamos estado intercambiando miradas y sonrisas hasta que el alcohol me hizo efecto e intenté sacarlo a bailar, este aceptó y lo sujeté de la camisa hasta guiarlo hacia el montón de gente, la vergüenza era algo que desconocía en ese entonces, sólo bailaba libremente junto a una horda de gente con litros de alcohol encima.

Horas después de estar bailando ambos nos dirigimos a la barra nuevamente, dónde me senté ya que me dolían los pies.

- Es increíble lo que te hace el alcohol. - Sacudió la cabeza mientras esbozaba una sonrisa.

- Sé que me arrepentiré. - Pedí una copa de vodka. El pelinegro sacó su teléfono y le respondió los mensajes a los padres de Charlie y Rose, quienes cuidaban de Emma. - ¿Están bien?.

- Sí, ella está dormida. - Sonrió de lado y bebió de su vaso de cerveza. - Los que creo que no están bien son Charlie y tu amiga.

- ¿Por qué lo dices?. - Enarqué una ceja y elevé mi voz un decibelio por el volumen de la música.

- Creo que andan en algo, pero no están seguros. - Apretó sus labios. - Deberían dejar de evitar el tema y hablarlo.

- No puedo decir nada. - Elevé la comisura de mis labios algo nervioso, yo hice exactamente lo mismo que ellos dos.

- Lo sé. - Sacudió la cabeza e hicimos silencio unos minutos, el pelinegro me analizó de pies a cabeza y esbozó una sonrisa, cuando separó sus labios para hablar, alguien lo interrumpió.

Una muchacha de metro sesenta, con un top negro y una falda blanca acompañada de unas medias de red y unos borcegos, linda sonrisa, ojos cafés y cabello lacio color miel.

- Hola, guapo. –Su acento es español–.

¿"Hola, guapo"?.

- Hola. - El pelinegro enarcó una ceja y dirigió su mirada hacia la muchacha. - ¿Puedo ayudarte en algo?.

- Podrías. - Enarcó una ceja y lo analizó detenidamente de pies a cabeza tras esbozar una sonrisa coqueta.

¿Y ésta qué?.

Fruncí mi ceño y apreté mis labios tanto como pude para no hacer una mueca de asco.

- Podrías invitarme un trago o dos. –Esa sonrisa otra vez–. -¿Qué dices?.

- ¿Por qué haría eso?. - Enarcó una ceja nuevamente y esbozó una sonrisa tras darme la espalda.

- Porque te veo sólo y yo también lo estoy. - Hizo un puchero desagradable.

- Los dos solitarios bebiendo una cerveza, ¿no?. - Mantuvo su ceja en la misma posición. - De todas formas, no estoy sólo..

Ay no..

En otra sintoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora