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Hace 10 años

Jimin se encontraba recargado en un columpio paseándose, era la hora del recreo y se encontraba solo dado que su amigo Tae había cogido un resfriado y había faltado a clases, el rubio no era muy sociable y solo hablaba con Tae, para él era muy difícil entablar fácilmente una conversación con las personas, dado que era muy tímido e introvertido.

Veía como todos los niños a su alrededor jugaban alegremente a la pelota o incluso a las escondidas, mientras él se encontraba ahí sentado sin hacer nada y sin querer moverse.

Días ante había decido hablar con alguien para no estar solo toda esta semana que su amigo no iba a estar, pero la cobardía se presentó, no tenía las fuerzas para hacerlo y lo justificaba con que debía serle leal a su amigo. Y es que Jimin tenía una dependencia hacia su amigo, nunca quería separarse de él y le preocupaba mucho cuando esté faltaba.

Por un momento no se dio cuenta de que un pequeño pelinegro venía corriendo a su dirección con una pelota, por lo que debido a la velocidad que iba en el columpio, no pudo detenerse cuando el niño estaba frente a él, logrando así que con uno de sus pies lo golpeara en la frente y el chico cayera de espaldas.

—¡Lo siento mucho! —dijo Jimin frenando la velocidad del columpio y parándose ágilmente hacia el muchacho —¿Te encuentras bien?

El pelinegro no respondía, parecía que le había dado muy duro.

—¡Ya lo mate! —mencionó Jimin agachándose a la altura del niño y tomando sus mejillas con ambas manos.

Pudo ver el moretón en la frente. No pudo sentirse más culpable, por lo que con todas las fuerzas que tenía tomo al chico en sus brazos para cargarlo hacia enfermería. Estaba casi arrastrándolo pues era demasiado pesado.

Lo que no sabía Jimin es que el pelinegro había fingido un desmayo por la vergüenza de que había sido golpeado. Él pensaba que el niño del columpio se iba a reír de el por ser tan tonto y no fijarse por dónde caminaba.

Al llegar a enfermería Jimin le contó todo a la enfermera y se quedó al lado del pelinegro en todo momento. La enfermera solamente curo el moretón untando pomada y poniendo un parche sobre la frente.

Minutos más tarde Jungkook despertó y se sorprendió que el chico a su lado estuviera a centímetros de él.

Eso lo puso un poco incómodo.
—¿Que me pasó? —cuestiono quejándose del dolor y sobando la parte herida.

El pelinegro se sentó en la camilla.

—Yo te golpee accidentalmente —respondió Jimin con la cabeza agachada y por supuesto con el rostro sonrojado —Perdoname, enserio no fue a propósito.

Jungkook al ver los ojos llorosos de Jimin se adelantó en hablar.
—¡No te preocupes! Yo estoy completamente bien —se paró de la camilla y tomo su mochila.

No quería hacer llorar al menor.
—¿Enserio? —mencionó con los ojos brillosos.

—Si, ¿Cómo te llamas? —pregunto curioso. Jamás lo había visto en el instituto.

—Soy Park Jimin —estiro su brazo para estrecharle  la mano.

—Jungkook —respondió el pelinegro.

Jimin traía consigo su jugo de frutas favorito, sin embargo debido al accidente el rubio se lo regaló a Jungkook como parte para que pueda ser perdonado por el mayor.

—¡Gracias! El jugo de frutas es mi favorito —sonrió.

—¿Enserio? ¡Te traeré uno todos los días!

Y fue así como Jimin comenzó a seguir a Jungkook a todos lados para poder darle todos los días su jugo de frutas. Al principio el pelinegro se molestó mucho pues no era necesario que lo hiciera, también le parecía molesto que el rubio siempre estuviera detrás de él, pero al final no pudieron no convertirse en amigos.

~Finjamos ser Novios~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora