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Al entrar a la habitación de hotel pude sentir muchísimos escalofríos puesto que había mucha gente trabajando pero todos en completo silencio. Incluso me miraban como si hubiera interrumpido su preciado momento de trabajo.

Me sentí incómodo, pero tuve que seguir a la señorita Kim por todo el lugar, era gigante, jamás había visto un departamento de ese tamaño, porque lo pude notar, no se trataba de un simple hotel, era el mejor de todo Alemania y por lo tanto las habitaciones eran grandes y espaciosas. Sin embargo se sentían vacías aún con gente.

Mi corazón latía fuertemente, la señorita Kim me contó que el Jefe como ella suele llamarle recayó acerca del tumor que tenía en el hipotálamo, iniciando con leves dolores de cabeza hasta sentir que se estaba muriendo de lo horroroso y punzante que se sentía, todo a causa de algo estresante por lo que pasó.

Yo no sabía sobre eso, y aunque lo odio por haberme mentido, todavía me preocupaba.

—Vamos a pasar a su habitación —mencionó la señorita Kim.

Yo asentí.
Nos acercamos a una gran puerta de madera en donde al instante salió una persona con una charola en sus manos y gruñendo de frustración.

—¿Qué sucede, Rose? —cuestionó.

—El Jefe no quiere comer de nuevo, sigue siendo terco diciendo que no tiene hambre, pero cada vez se ve más delgado —le contestó con preocupación —Ya no voy a permitir que me siga insultando de esa manera, sabemos que no está pasando por los mejores momentos, incluso llora todos los días pero... No es justo que esté así...

—¿Dices que el Jefe llora? —pregunté yo con preocupación.

—Oh, él es Park Jimin. El nuevo enfermero del jefe —presentó Kim.

—Mucho gusto —sonrió de lado —Espero que no sea contigo como el último enfermero que trajimos.

—¿Qué fue lo que ocurrió?

—¡Dónde está mi teléfono! —gritaron desde el fondo de la habitación.

Dios mío, es él.

Es Jungkook.

—Apesar de su cirugía, él sigue siendo grosero, antes no era así —suspiró frustrada Rose.

—Ire a verlo —mencioné tomando la charola entre mis manos y dirigiendome a la puerta —Vuelvo en seguida.

—Te estaré esperando aquí afuera —mencionó la señorita Kim.

Asentí sin responder y di un paso hacia la puerta. La toqué, sin embargo no hubo una respuesta por lo que tuve que abrir con el miedo de que hiciera algo. Suspire un poco nervioso, mi corazón latía fuertemente sin razón.

Al abrir la puerta pude verlo de espaldas leyendo un libro de una estantería. Con mucho cuidado deje la charola sobre la mesa y me acerque hacia él quedando a unos pasos.

—¿Quién te mando? —escuché decir con la voz de enojado.

Se veía totalmente frustrado. De nuevo tenía una venda rodeando su cabeza. Además de eso, pude ver cómo estaba vestido, la parte de abajo consistía en un pantalón holgado y la parte de arriba estaba descubierta logrando divisar su ancha espalda.

—Sere su nuevo enfermero, Jefe —respondí.

—No necesito ningún enfermero, largo de aquí —dejó el libro en su lugar y comenzó a buscar otro.

—Sera mejor que coma un poco si no quiere que su salud se deteriore —le recomendé.

—¡Te dije que no quiero nada! ¡Largo! —gritó.

~Finjamos ser Novios~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora