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Las cosas habían estado muy extrañas para el pelinegro, había pasado una semana en la que se había declarado a Jimin, prácticamente le dijo lo mucho que le gustaba y se sentía bien por hacerlo, liberarse de esa presión que sentía había sido lo mejor que pudo haber hecho.

Los primeros días se sintió sumamente contento, recordar los besos que se dieron esa noche lo hacía ponerse de una manera inexplicable, también tocar el caliente cuerpo de Jimin lo había hecho desearlo por primera vez.

Pero ya había pasado una semana y no sabía nada de Jimin, tampoco lo había visto en la universidad o había contestado sus mensajes. El último mensaje que había recibido de él, era que no se podría reunir con él pues tenía algo importante que hacer ese día.

Pero ahora parecía como si se lo hubiese tragado la tierra.
Se sentía preocupado y ansioso por saber que era lo que había pasado con él.

Era su mejor amigo, y se preocupaba por su salud y su bienestar, quería saber que era lo que estaba ocurriendo.

Recurrió en hablar con Tae uno de los amigos de Jimin, ellos casi no se veían porque estaban en universidades diferentes, sin embargo mantenían el contacto y diariamente se hablaban uno al otro. Le había pedido a Tae reunirse en una cafetería para hablar seriamente.

—Hola Jungkook... —sonrió Tae mirando con atención al pelinegro que se encontraba frente a él.

—Te pintaste el pelo, Tae —fue lo primero que noto Jungkook cuando llegó.

Ambos chicos no eran tan unidos, más que nada eran amigos de Jimin, realmente nunca habían pensado en tener una amistad entre ellos, o bueno no por parte de Jungkook, porque a pesar de que Tae fue primero amigo de Jimin que Jungkook, cuando el rubio reforzó la amistad con el pelinegro, este evitaba a toda costa las reuniones entre los amigos, pues cuando Jimin veía a Tae, este lo ignoraba completamente.

En cierta parte se sentía celoso de que pudiera estar cerca de alguien más o que incluso le pudiera contar secretos que solo él sabía a alguien más.

—Si, bueno. Nunca creí que el rubio me quedara bien —sonrió agachando el rostro.

—Te ves bien —contestó.

—Gracias —se puso serio —¿Para que me llamaste?

—No se donde está Jimin, parece que se lo ha tragado la tierra, ¿Tu lo has podido contactar? —cuestionó también seriamente.

—De hecho no hemos hablado como en dos semanas —respondió el ahora rubio —Ambos tenemos últimamente agendas muy ocupadas, casi no utilizamos el celular por estar con las tareas de la universidad, por lo que no hemos tenido la oportunidad de hablar...

Jungkook se puso pensativo.

—Iré a su casa a ver si puedo encontrarlo ahí —se propusó a si mismo pero anunciando también lo que iba hacer al rubio mayor.

—Te acompañaría, pero tengo clases —se paró de la banca al terminar con su café —Mantenme informado de lo que sepas.

—Claro, Tae.

Se despidieron.

Jungkook no lo pensó varias veces, directamente fue a la casa de su mejor amigo, esa mañana había intentado llamarle muchas veces por teléfono sin suerte de que le contestara. Sus nervios habían comenzado a florecer, espero que Jimin se encuentre bien.

Algo le decía que no era porque Jimin estaba tímido con él o porque ya no lo quisiera ver después del beso, si eso estuviera pasando quizás si lo estuviera evitando, pero no faltaría a la escuela toda la semana.

~Finjamos ser Novios~ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora