B

33 2 0
                                    

De inmediato, montañas de fantásticas ropas bendicen mis ojos, pero Minho no me deja ni mirar. Camina con decisión y me arrastra detrás de él hacia el ascensor. Aprieta el botón del primer piso. Recorro con la mirada el plano de la tienda.

-Oye, quiero ir a la cuarta planta.

Preferiría evitar las colecciones internacionales de la primera planta: son carísimas. Sin embargo, no me hace ni caso.

-¿Minho? -Lo miro, pero su rostro es impasible y me agarra firmemente de la mano. Se abren las puertas del ascensor y tira de mí.

-Por aquí -dice, y me guía entre expositores increíbles de ropa de alta costura y diseñadores famosos. Me alegro de que los estemos pasando de largo.

«¡Ay, no!»

Me hundo en la miseria cuando veo un cartel que reza «Asistente de compras».

-No, Minho. No, no, no.

Intento detenerlo, pero tira de mí hacia la entrada de la sección.

-Minho, por favor -le suplico, aunque él me ignora por completo. Quiero inflarlo a patadas. Odio la atención y el revuelo de las tiendas. Te besan el culo y te dicen que todo te sienta fenomenal y al final te ves obligado a comprar algo.

-Tengo una cita con Boa -le dice al dependiente bien vestido que nos saluda.

¿Por qué me ha preguntado adónde quería ir si ya tenía planes? Quiero retorcerle el pescuezo.

-¿El señor Lee? -pregunta el dependiente.

-Sí -responde Minho ignorándome, a pesar de que sabe perfectamente que lo estoy mirando con odio y que me incomoda mucho todo esto.

-Por aquí, por favor. ¿Les apetece beber algo? ¿Una copa de champán? -ofrece con educación.

-No, gracias -contesta Minho.

El joven nos conduce hasta una lujosa zona privada y Minho me lleva a un enorme sofá de cuero. Me siento a su lado y retiro la mano. Ésta es mi peor pesadilla.

-¿Qué pasa? -Intenta volver a cogerme la mano. Lo miro, acusador.

-¿Por qué me has preguntado adónde quería ir si ya habías concertado una cita?

Se encoge de hombros.

-No entiendo por qué quieres vagar por decenas de tiendas si puedes comprarlo todo aquí.

¿De verdad no lo entiende?

-¿Así es como compras tú?

Debe de tener más dinero que sentido común.

-Sí, y pago por el privilegio, así que sígueme la corriente -dice, tajante.

Estoy alucinando, pero antes de que pueda contraatacar, una chica de unos treinta, guapa y delgada entra en escena y le dedica una sonrisa a Minho. Es bonita y lleva un traje de color crema de Ralph Lauren.

-¡Minho! -lo saluda- ¿Cómo estás?

Él se levanta y le da dos besos. A juzgar por el intercambio, presiento que se conocen.

-Muy bien, Boa, ¿y tú?.

-Muy bien. Éste debe de ser Jisung, ¿no? Es un placer conocerte.

Me ofrece la mano y me levanto para estrechársela con una pequeña sonrisa. Se sienta en la silla que hay enfrente.

-Jisung, me ha dicho Minho que estás buscando algo especial para una fiesta importante -dice, emocionada.

-Algo muy especial -reitera Minho tirando de mí para que vuelva a sentarme en el sofá. Me está entrando un sofoco, creo que esta sala tan amplia me está dando claustrofobia.

ManiacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora