—Minho, relájate. Sólo se ha tomado tres copas de vino. No estaba borracho.
Mi mirada se ve atraída por una luz fluorescente y brillante que se encuentra por todas partes. Me siento como si me hubiesen golpeado la cabeza con una barra de hierro varias veces. ¿Dónde diablos estoy? Cierro los ojos de nuevo y levanto los brazos para sobarme los ojos. El suave contacto de mi mano con mi piel me provoca agudas puñaladas en el cerebro.
—¿Jisung? —dice con voz tranquila agarrándome las manos con fuerza—. bebé abre los ojos.
Hago todo lo que puedo, pero me resulta tremendamente doloroso. ¡Diablos! ¿Qué mierda me pasa?
¿Tengo la peor resaca de mi vida? No recuerdo haber bebido tanto.
—¡¿Quiere alguien contarme qué MIERDA está pasando aquí?! —ruge.
Abro los ojos de nuevo y miro el extraño espacio que me rodea. Lo único que me resulta familiar es esa voz iracunda que percibo curiosamente reconfortante, aunque me está haciendo polvo la cabeza.
Levanto la mano y me agarro el cráneo dolorido.
—¿Sung, bebé?
Entorno los ojos intentando centrarme y me encuentro con los suyos, negros y llenos de preocupación. El calor de su palma acariciándome la cabeza me hace gruñir. Me hace daño.
—Hola —Tengo la garganta seca y rasposa.
—¡Joder, menos mal! —Me llena la cara de besos y yo lo aparto. No puedo respirar.
—Jisung, ¿estás bien?
Sigo el sonido de la otra voz familiar y veo a Hyunjin inclinándose sobre mí, más serio que nunca. ¿Qué está pasando?
—¡¿A ti te parece que está bien?! —le grita Minho—. ¡Mierda!
—¡Tranquilízate!
También reconozco esa voz. Desplazo mis ojos sensibles por la habitación y veo a Felix sentado en una silla enfrente de mí.
—¿Dónde estoy? —pregunto a pesar de la sequedad en mi garganta. Necesito beber agua.
—Estás en el hospital, bebé. —Me acaricia la cara y me besa la frente de nuevo.
¿Qué diablos hago en el hospital? Intento incorporarme, pero Minho me lo impide presionándome contra la cama con todas sus fuerzas.
—Necesito ir al servicio —gruño tratando de zafarme de él.
Aparto sus persistentes brazos de un golpe y me siento, levantando al instante las manos para agarrarme la cabeza cuando toda la fuerza de la gravedad recae sobre mi cerebro. ¡Joder! Sí que es la peor resaca de mi vida. Gruño y cruzo las piernas delante de mí, apoyo los codos sobre las rodillas y la cabeza en las manos.
—Yo lo acompaño —se ofrece Felix—. Vamos, Jisung.
—¡De eso, ni hablar!
Pongo los ojos en blanco al oír esa voz irracional que tanto amo y espero a que Felix le replique, pero no lo hace.
—Estoy bien —digo, irritado. Puedo ir al puto cuarto de baño solo.
Me vuelvo hacia un lado de la cama y bajo los pies al suelo. Mis zapatos han desaparecido.
—A mí no me lo parece — ladra Minho y me coge en brazos desde el borde de la cama—. ¿Qué ha sido de los baños en las habitaciones? —masculla, y me saca al pasillo.
Aquí la luz es aún más brillante. Entorno los ojos ante la cegadora invasión.
—¡Vaya! ¿Ya ha vuelto en sí? —oigo que dice una enfermera.
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Maniac
Teen FictionJisung decide alejarse de Minho tras descubrir un secreto. -Hannie, solo te pido una oportunidad, por favor...Siento que moriré si no te tengo al lado. Era su punto de inflexión para decidir quedarse o irse.