JŪ NANA

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⚠️El siguiente capítulo contiene escenas de sexo explícito⚠️

Estaba enamorado de él, Kakashi estaba enamorado de él y Obito

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Estaba enamorado de él, Kakashi estaba enamorado de él y Obito... no lo había visto.

¿De qué le servía el Sharingan si no veía lo importante?¿Para qué tenía un Mangekyou?

Su corazón latió en sus oídos con fuerza, aumentando su ritmo cardíaco y sonrojando sus mejillas en consecuencia. Kakashi observaba todos los engranajes girando en la mente de Obito hasta que cambió a color carmesí y un intenso aroma a inarizushi se esparció a su alrededor.

Las pupilas del albino se dilataron.

—Yo... —Obito tembló, respirando hondamente para calmarse, lo que lo llevó a degustar el aroma del otro en su nariz —Alfa.

Kakashi le acarició las mejillas y contuvo malamente un gruñido. El Omega parpadeó lentamente, hechizado con el hermoso Alfa frente a sus ojos, el hombre más codiciado de la aldea, el shinobi más prometedor de su generación.

Aquel a quien amaba.

Estaba enamorado de él y Obito también lo estaba, el cuerpo le cosquilleaba por lanzarse sobre él y ronronear en su cuello para que lo impregnara de su olor, para que todo el mundo supiera que era solo suyo, que eran el uno del otro.

El olvidado dolor de su estómago pareció finalmente explotar, expandiéndose por todo su cuerpo, Kakashi lo observó con preocupación cuando se dobló por la mitad, presionando su vientre.

—¿Obito?¿Estás bien? —El Uchiha gimió lastimosamente en respuesta, su cuerpo ardía y sentía como si tuviera lava bullendo en las venas mientras una necesidad primaria crecía en su interior.

El albino le tomó la temperatura con el dorso de su mano y frunció el ceño.

—Estás ardiendo —murmuró, Obito se inclinó buscando su tacto una vez se apartó, capturando su mano para devolverla a su frente y sentir la tibieza de su piel.

El Omega chilló de gusto cuando una segunda mano le acarició la mejilla marcada y Kakashi por fin ató cabos cuando Obito le sujetó la muñeca y le besó la palma.

—Estás... en celo —Sus alarmas se activaron al instante, saltando lejos del Omega y pegándose a la pared más cercana a la puerta —¿¡Dónde están tus supresores!?

Obito se vio descolocado por un segundo, incluso logró diferenciar un atisbo de dolor en sus ojos, pero finalmente sacudió la cabeza y palmeó sus mejillas para reaccionar.

—Obito —llamó, el Uchiha asintió respirando lentamente, indicando que le prestaba atención —¿dónde están tus supresores? —Volvió a preguntar.

El Omega se tomó su tiempo para responder, pensando la respuesta con calma, su mente se estaba volviendo a nublar.

—Yo... no tomo supresores —Finalmente susurró, y tenía sentido, porque Obito era un Omega de dieciocho años médicamente incapaz de tener cachorros y, por lo tanto, sus celos no existían, o al menos no hasta ese momento.

El amor con colmillos. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora