NI JŪ ICHI

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Sonrió al vislumbrar la primera ecografía de su bebé pegada a la nevera con un imán en forma de ramen, cortesía de Naruto.

La habían realizado inmediatamente después de enterarse del embarazo, a las dos semanas de embarazo, pues era un hecho que la concepción se había dado durante el celo de Obito.

El día de la ecografía había sido divertidísimo, principalmente por los nervios de Kakashi.

Bueno, y los suyos, ¡pero sobre todo los de Kakashi!

Aún se reía al recordar todas las preguntas que le hizo a Tsunade y la paciencia con la que la rubia le fue respondiendo, perdiéndola tras veinte minutos de cuestionamientos.

Él ya se había cambiado por una bata de hospital -dejando su ropa interior- y subido a la camilla cuando Tsunade sentó a su Alfa en la silla al lado de la camilla.

—Siéntate y calla —ordenó la Senju, encendiendo la máquina de ultrasonido, hasta que la escuchó murmurar —, por Kami-sama, por esto no atiendo embarazos.

Recordaba negar mordiéndose el labio y mirar de reojo a Kakashi, iba con sus ropas de civil y no podía verle los ojos ya que el flequillo le cortaba la visión.

Extendió su mano hacia él, sus dedos encajando como si se tratara de un puzzle.

Pudo encontrar su mirada por fin, encontró miedo en aquellos ojos bicolores.

—¿De qué tienes miedo, Alfa?

Kakashi afianzó más su agarre, besándole el dorso de la mano.

—No lo sé, de todo un poco supongo —Kakashi suspiró, mirando al techo.

Obito rió.

—Bueno, pero el miedo no va a cambiar nada, solo va a enseñarnos más ¿sí? —El Omega sonrió, y Kakashi juró que aquella sonrisa debía pertenecer a un ángel.

Asintió ido, hasta que Tsunade lo sacó de su ensoñación,

—Bien, está todo listo, voy a levantar la bata un poco más arriba de tu vientre ¿bien? —El Omega asintió tranquilo y Tsunade procedió —Está bien, ahora voy a esparcir este gel en tu vientre, está algo frío —avisó la Alfa.

El Uchiha se estremeció cuando el gel congelado hizo contacto con su piel. Estaba realmente helado.

Tsunade tomó entre sus manos una especie de mando y se la enseñó a ambos.

—Esto en una sonda de ultrasonido, voy a pasarla por tu vientre y en unos pocos minutos nos enseñará a vuestro bebé.

Obito sintió a su animal moviéndose de un lado a otro, ansioso, supo que a Kakashi le ocurría cuando le apretó la mano con suavidad.

—Adelante Ba-chan —Obito alentó, emocionado.

La Senju posó la sonda sobre su vientre y pulsó un botón en la máquina, encendiendo el monitor. Movió la sonda por todo su vientre, presionando solo un poco mientras observaba la pantalla.

—Tan joven y ya está escondiéndose, promete para shinobi o kunoichi —comentó la rubia, aún perdida en la pantalla, la pareja rió impaciente.

Tsunade continuó unos minutos más buscando sin éxito, Obito incluso empezaba a ponerse nervioso, pero entonces en la pantalla se hizo ver un bultito negro que paró los corazones de Alfa y Omega.

Porque pese a no tener conocimientos de medicina, ambos sabían que aquel era su bebé.

—Aquí está vuestro bebé escurridizo —La Senju anunció finalmente retirando la vista de la pantalla, solo elevó una ceja al encontrarse a ambos llorando.

El amor con colmillos. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora