CAPITULO 38 (p2). llámenle karma

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22 DAÑOS (Kadec Santa Ana)

"Hay belleza en las cenizas de un corazón que ardió por lo que amaba"
...

Y después de media hora de tortura, conseguimos llegar a la playa.

Las preguntas pararon, nos quedamos en silencio y decidimos no seguir con el tema, cosa que agradecía.

-bueno, ¿Tienes hambre o nos esperamos un poco?-me pregunta mientras bajamos del coche y yo me arreglo un poco el pelo.

-Preferiria esperar un poco, pero lo que quieras.

-Lo que yo quiera no. Te he invitado a ti.

Ruedo los ojos y suspiro.

-pues nos podemos esperar un poco.

-esta bien-dice sonriendo, mientras me coge de la mano.

Nos ponemos en primera fila, a una distancia perfecta para contemplar como las olas rompen y el sonido que produce ese acto.
La verdad es que siempre he preferido piscina antes que playa, soy así de rara. Pero el hecho de sentir las algas y peces rozar mi cuerpo, me da mucha cosa.

-¿me ayudas?-pregunta el moreno con un mantón doblado en la mano. Yo asiento y me acerco a él para agarrar la manta.

Estiramos dicho objeto doble la arena, poniendo una roca en cada esquina para evitar que se mueva.

-Pues ya está. Venga, camiseta fuera y al agua. -propone el chico emocionado mientras se quita la suya rápidamente.

-uff, no sé...

-venga Ingrid -murmura en un intento de quitarme la prenda.

-¿Estas loco? -me apartó un poco de el-. Que verguenza, Eric.

-¿por qué?-alza una ceja y ladea un poco su cabeza.

-Por mi cuerpo, lo va a ver todo el mundo. - Explico cubriéndome mi abdomen con mis brazos.

El rueda los ojos.

-La vergüenza es solo un eufemismo de miedo, ¿Vale?-suspira mientras da un paso hacia mi-. Y ese miedo nos impide hacer las cosas que más queremos.
¿Sabes cuántas noches pase llorando en mi habitación por todas las críticas que los aficionados hacían hacia mi? ¡Me sentía insuficiente en el futbol y me planteé dejarlo!
Pero un día pensé: pero si no hay nada malo, es más, si estoy dónde estoy es por algo y a quien le moleste, que se haga mirar y se joda. Porque no pienso cambiar ni dejar lo que me gusta por nadie -dijo en otro intento de volver a quitarme la camiseta, pero esta vez no me aparte, solo le frene con mis manos.

-Eric no...- musito mirándo sus ojos color avellana.

-Ingrid, enserio. ¿Quién te ha creado tantos complejos? Tu eres perfecta.

Y su recuerdo criticandome mientras yo me hacía más pequeña y reprendía las lágrimas que comenzaban a nublar mi vista, invadió mi cabeza.

-Hazlo por mi, porfavor- el agarro suavemente mis manos y yo cerré los ojos y suspiré. Asentí para mí misma y me quite la camiseta, contemplando a Eric observándome con una sonrisa llena de orgullo y admiración.

Bailemos lo bailado #1 |Eric García| {En Corrección}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora