Epilogo 4: Alargando destinos, concluyendo épocas.

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CADA LOCO CON SU TEMA (Kadec Santa Ana)

"Si lloras, es porque aún estás viva."
...

Y Eric salió de la casa y volví a escuchar el terrible silencio.
El silencio de estar sola, el de romperte, el de las verdades.

Y sería, subí a la segunda planta a terminar los papeles que me quedaban.

Me gustaría haberme ido con mi novio-que bien suena- a verle entrenar, Bea estaría allí y podría hablar con ella. Pero me gustaría dejarme todo preparado, para esta tarde, volver a sentir la libertad. Sentir la tranquilidad. Sentirme viva y feliz.

Todo había cambiado y eso me encantaba, pero aún me quedaba lo más difícil. Tapar mi pasado.

Y sería difícil, porque el pasado es para siempre y se marca como un tatuaje. Pero hoy podría taparlo para colocar uno nuevo.
Podría volver a bailar sin presión y miedo a que me aplasten.

Me senté en el escritorio y comencé a firmar uno de los doce últimos papeles.

Pase como una hora revisando todo para que estuviera perfecto.
Me levanté y limpie todo, guardando todas las hojas en una carpeta azul.

-¿Ya has terminado?-pregunto una voz a mis espaldas, congelando mi cuerpo y helando mi mirada.

Me giré cuidadosamente y vi a mi madre.
¿Que hacia ella aquí?

-Si, ¿Algún problema?

-Me gustaría terminar esto a mi-sentencio en forma de amenaza-. Ya sabes que nunca pierdo.

La mire alzando una ceja mientras ella tenía el rostro iluminado, con un semblante de superioridad.

-Pues lamento decirte que no va a ser así.

-¿Quién te lo asegura?

-Yo-respondi firme-

-¿Eres feliz con tu nueva familia?

-¿a que viene eso?

-Estas con el chico que siempre quisistes. No es Malo, pero no podrá estar para ti por toda la vida.

-Él me quiere y me apoya en todo, no como tú.-respondi amenazante-. Tu antes me querías, no sé qué paso-me lamente.

-Las personas cambian y rectifican.

-Mira a Eric, el volvió y descubrió que me quería.

-Pues lamento comunicarte yo a ti que a partir de hoy, no te querrá.

-¿Por qué?

-Porque no habrá a nadie a quien querer.

-¿Que?

Y no me dio tiempo a decir más, porque una nube de humo cubrió toda la habitación. Comencé a toser e intente abrir la puerta, pero estaba cerrada y mi madre riéndose de fondo.

Y fue entonces cuando descubrí que ya había acabado. Porque bastante tiempo me había aguantado la vida. Yo debí irme hace años.
Y no tenía miedo, porque había imaginado este momento toda mi vida. Pero el recuerdo de Eric volvió a mi mente.
El me esperaba después del entrenamiento.

Bailemos lo bailado #1 |Eric García| {En Corrección}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora