Se levantó, luchó, nadie se enteró
Ahora es nuestro el tropiezo, y no sé cómo vencerloNarra Phoenix
— ¡Estocolmo, por favor baja! ¡Cincinatti te está esperando!
— No, no, no lo menciones a él. Solo te pido que no lo dejes solo.— Respondió Mónica con la voz entrecortada.— Denver no me habría permitido estar aquí pero él ya no está.— Sollozos tras la radio se hicieron presentes—. Y precisamente por él es que haré que nada de esto sea en vano. Phoenix, Cincinatti confía en ti y yo te lo confío.
— ¡No, no. Estocolmo, escúchame!— Pude visualizar en mi mente la media sonrisa de tristeza que solía esbozar la rubia.
— Phoenix.— Me quedé callada en cuanto mencionó mi nombre sosteniendo las lágrimas y el sollozo en mi garganta—. Cariño, Tokio te necesita. Andrés te necesita, Nairobi te necesita, Palermo te necesita y tus gemelos te necesitarán.— Negué con la cabeza.— Denver necesita que yo me asegure de que especialmente tú salgas bien.
— ¡No! ¡Estocolmo, escúchame!
— Te quiero Phoenix, cuídate mi niña.
— No, no, no. ¡Estocolmo!— Metí la mitad de mi cuerpo al elevador de alimentos por el que había bajado para tratar de trepar e ir por ella, acción que fue interrumpida por Andrés quien ye me había tomado por la cintura impidiendo que subiera.
-10 minutos antes-
Después de pasar bastante tiempo jugando al gato y al ratón con los militares, nos dimos cuenta de que a pesar de ser más, nos encontrábamos en una notable desventaja contra ellos. Nos estábamos quedando sin municiones y estábamos divididos.
Tokio, Estocolmo, Manila y yo nos encontrábamos juntas; una embarazada de gemelos con ansiedad, una rebelde con herida de bala en el brazo izquierdo, una mujer trans con ansiedad y ataques de pánico y Estocolmo, quien hace menos de 48 horas había pasado por un luto pero que sin lugar a dudas era la más "sana" de las 4.
Nos encontrábamos dentro de la cocina, analizando hacia donde correr para poder librarnos de ellos porque nos tenían contra las cuerdas.
— ¡Niñita!— se escuchó del otro lado de la puerta de la cocina.— ¡Ven a jugar, que te quiero llevar a casa con papá!— Miré a Tokio con terror al escuchar nuevamente esa risa histriónica.
— Vinieron a por ti, cariño.— Susurró Manila.
— Eso ya me lo dejaron muy en claro.— Acomodé mi arma apuntando hacia la ventanilla de la puerta y comencé a gritar.— ¡Entonces entra a buscarme soldadito! ¡anda, te estoy esperando perro!
— Como ordenes niñita.
Hubieron unos 5 segundos de silencio que de repente fueron interrumpidos por la estrepitante orden del comandante Sagasta.
— ¡Arteche, ahora!
Un grito femenino lleno de fuerza se hizo presente junto con decenas de balazos dirigidos hacia la puerta.
— Mierda, mierda, mierda.— exclamó Estocolmo entre dientes.— ¿Qué hacemos ahora?
— ¡A los congeladores, rápido!— Sugirió Tokio
— Pero allá no hay salida— Añadió Manila.
— No tenemos otra alternativa, vámonos ya o esos putos enfermos nos desollarán vivas— Finalicé.
En cuanto escuchamos la puerta perforada caer, corrimos hacia los congeladores sin darle la espalda a los militares.
—¡Ya entré niñita! ¡ahora ven que iremos con papi!— nuevamente la risa diabólica de ese militar inundó la cocina y fue seguido por disparos.
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PHOENIX [Segunda parte de Pienso en tu mirá] [La Casa de Papel]
Romance⚠️ Debes leer la primera parte (Pienso en tu mirá) para comprender esta segunda parte https://my.w.tt/gYcNjDBx6ab ⚠️ Yo no pensaba en nada más que en él hasta que te tuve enfrente. "Eres una perra con suerte, Melissa" "No volverás a ver la luz del d...