XXXIII

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When I look at you
In your eyes
I see there’s something burning inside you
Oh, inside you

Ya llevábamos más de 5 días dentro del banco de España y había vivido más cosas allí dentro que en mis 18 años de vida.
Siento ya cómo todo esto está a punto de terminar, no sé si de buena o mala manera, pero he estado sobreviviendo tomando ansiolíticos especiales para no dañar mi embarazo, mi padre se había encargado de conseguirlos y traerlos.

Tantas emociones vividas aquí dentro me están haciendo una persona que puede ser extremadamente explosiva y sinceramente, ya no me da miedo la muerte. Si tengo que morir dentro de este atraco, moriré con la conciencia tranquila, sin miedo.
No le tengo miedo a la muerte, sin embargo, me da miedo todo lo demás que vivimos aquí adentro.

Estoy lista para todo, estoy lista para luchar y hacer lo que sea necesario para salir de aquí con Andrés.

Lo único que me importa es que él esté bien.

Y ahí nos encontrábamos ambos, muertos de cansancio, con hambre, sentados en el suelo mientras mirábamos a los rehenes dormir.
Nos encontrábamos con mucha calma porque yo ya los había amenazado a los rehenes de que si alguno se levantaba o hacía alguna tontería, los iba a tener atados y sin comida.

Además de que Manila se encontraba caminando alrededor de ellos cuidando de que no hicieron algo indebido.

Ella me daba mucha compasión, no lloró la muerte de Denver y eso que lo quería muchísimo. Entiendo que quizá se encuentra en shock o esa era su manera de vivir el luto, pero yo ya le había dejado en claro de que si necesitaba algo, podría hablar conmigo.

Preciosa, deberías descansar un poco, llevas más de 4 días sin dormir— Negué con la cabeza—. Yo de mientras cubriré tu puesto, en este momento aún no haremos nada importante.

Estoy bien. Solo tengo un poco de hambre pero no es nada—. Me miró con un ceño de visible preocupación.

¿Tienes antojos? ¿necesitas algo? Sé que te gustan los chocolates y las nueces ¿te busco alguna golosina?— No pude evitar reír por la ternura que me provocó al verlo así, en su papel de pareja y de "padre primerizo".

— Berlín, estoy bien— por su mirada me percaté de que estaba incrédulo pero decidí no darle importancia— ¿qué están haciendo ahorita con Gandía?

— No lo sé, Palermo me dijo que te cuidara acá.

— ¿O sea que lo van a torturar?— Asintió—. ¿¡Sin mí!? Llévame con ellos.

No, no, no, ni lo sueñes— Me molesté al negar mi petición—. Palermo tiene miedo de que le hagas algo, sabe que en cualquier momento vas a matar a Arturito y no quiere que le metas un tiro a Gandia.

— Yo no mataré a Román, se lo merece pero no quiero otro cargo a mi nombre. Además de que no me mancharía las manos de sangre y menos de ese cerdo.

— Así decimos todos.

Giré mi cabeza lentamente para mirarlo a los ojos.

¿Tú ya has asesinado a personas? — Tragué saliva después de cuestionarlo.

— ¡No, jamás! Solo era un decir.

Estuviste en 40 atracos y en el de la fábrica de la moneda ¿seguro que no mataste a nadie Andrés de Fonollosa? — Para tratar de persuadirme, me sonrió de esa manera tan seductora que lo caracteriza.

PHOENIX [Segunda parte de Pienso en tu mirá] [La Casa de Papel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora