XVII

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Narra Melissa

Después de lo sucedido con Berlín, sequé mis lágrimas mientras "recogía" la poca dignidad y amor propio que me quedaba.

No sabía que sentir o qué pensar, estaba como un cascarón vacío; muerta en vida.

La única razón por la que estaba aquí me había dejado, no lo culpo en verdad. Fue mi culpa, yo debí haber controlado mis impulsos y no dejarme llevar por la maldita calentura.

¿Pero qué creen? Soy Melissa del Río, la estúpida que nunca piensa antes de actuar. La que habían dejado y embarazada.

Debí haber valorado más mi anterior vida, quizá hubiera sido mejor que esto. Quizá si me hubiese ido a Brasil nada de esto estaría pasando, estaría a salvo.

Estaría a salvo pero no me sentiría libre.

Lo que me reconforta es saber que él está bien. Andrés es lo único que me hacía levantarme a continuar luchando en esta vida.

Mientras caminaba arrastrando los pies, miraba mi dedo anular con el anillo de compromiso, compromiso que no se llevaría a cabo.

Pasaban por mi mente todas las cosas buenas que vivimos juntos, desde que lo conocí, desde que me enteré de su otra identidad "Fernando", hasta el momento en el que me entregué a él por primera vez

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Pasaban por mi mente todas las cosas buenas que vivimos juntos, desde que lo conocí, desde que me enteré de su otra identidad "Fernando", hasta el momento en el que me entregué a él por primera vez. Y también el momento más feliz que vivimos, cuando me propuso casarme con él.

Lo que más me dolía, era que me había salvado la vida en todos los sentidos. Y yo, no pude ni siquiera pude pagarle con lealtad.

Phoenix, te llama Paler... ¿Y a ti qué te pasa?— Alcé mi mirada secándome las lágrimas y era Estocolmo quien me hablaba.

Nada, nada. Voy para allá.— Caminé hacia adelante sin hacerle mucho caso y ella se colocó rápidamente frente a mí.

¿Tú crees que soy tonta? Estás llorando niña.— Mis ojos llenos de lágrimas no mentían, igual que mi nariz roja y mi cara demacrada por llorar.

Bueno, sí pero no es importante.— Negó con la cabeza y me tomó por ambos hombros haciéndome mirarla a los ojos.

¿Qué te sucede Phoenix?— Al verla a los ojos, me quebré de nuevo y ella me abrazó fuertemente.

Odiaba dar lástima, nunca me ha gustado que me vean llorar.

Berlín me dejó.— Dije bajo.— Ya no nos vamos a casar.

— ¿Pero por qué? ¿Qué sucedió?— Me recargué contra la pared y me deslicé hasta quedar sentada, la rubia hizo lo mismo.

Le fallé.Continúe.— Le fallé como mujer, como su prometida, como madre.Dije tocando mi vientre mientras miraba al techo con lágrimas en los ojos. Mónica me miraba sorprendida.

PHOENIX [Segunda parte de Pienso en tu mirá] [La Casa de Papel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora