EPÍLOGO

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La Estática de la Radio

Hace 18 años en pleno verano mi madre se enteró que estaba embarazada de mi.

Según me ha contado la señora Martina (ama de llaves de está mansión desde hace mucho tiempo), mi madre cuando se enteró entró en  cólera y llegó a considerar el matarme, no quería tenerme, pero después, decidió que me dejaría nacer.

Mi madre no es una mujer cualquiera, es temida y respetada en en cualquier lado al que vaya, es una mujer revolucionaria para está época, pues ella ha demostrado ser indomable ante cualquier hombre.

Mi madre es T/N Agreste de Axias, es una mafiosa muy poderosa y muy hermosa, sin contar que ella controla la magia, es muy especial y diferente.

Madre me llamo Persefone Axias, como a la mismísima hija de Deméter. Al igual que ella tengo gran conocimiento en la magia y heredé su belleza.

Mi madre es una mujer que tiene ideales contra los hombres, considera que todos son monstruos que deben ser dominados, ella me educo para eso, me ha plantado desde pequeña que confiar de lleno en un hombre es lo más idiota que puedo hacer.

Al contrario de eso es viuda.

O sea que se casó.

Con el difunto señor Axias, mi padre, al cuál no conozco ni en pintura, no se que habrá pasado pero ni conozco su nombre, nadie habla de él y si le pregunto a mi madre o a sus viudas negras, ellas evitan el tema.

Una ocasión trate de usar la poción sin nombre en mi madre, ese día si se puso histérica, pero no por mi intensión de acceder a su mente, sino por algo que se vio en ese instante al fondo del pasillo.

Una figura alta parecida a un wendigo que producía estática, esa cosa al contrario de asustarme, me asusto más como mi madre lo miró, me alejo de eso que hasta lo fecha no sé que era y no volvió a hablar de ese día.

Esa cosa ya la había visto.

Desde que nací tuve una enfermedad que estaba acabando conmigo, cuando cumplí 4 no pude más y creí que moriría y un día solo se fue, días después descubrí que mi madre ahora era la que estaba enferma, incluso ahora esa enfermedad la atormenta y me he dado cuenta que no es una cualquiera.

Después de que mi madre acabo enferma se encerraba en su cuarto y la escuchaba hablar con alguien, tenía una voz distorsionada por estática de radio, ¿Quién era ese ser que parecía hablar a través de una radio descompuesta?

Entonces un día mi madre me mandó a buscar una caja al ático al que nunca me dejaba ir, cuando subí vi muebles, ropa de hombre vieja y armas para cazar, pero lo más extraño fue que al pasar junto a un espejo vi un hombre de cabello castaño y piel trigueña detrás de mí con una sonrisa parecida a la mía .

Al girarme solo había un baúl.

La abrí y entonces encontré algo increíble, eran fotos de mi madre y…mi padre.

Yo era su viva imágen.

Y abajo venía su nombre.

Alastor Axias

— ¿Tú eres Alastor?— Le pregunté al demonio que me espiaba desde un rincón con una sonrisa siniestra en las sombras, sus ojos eran diales de radio.

efectivamente niña.

El era mi padre, ese monstruo era mi padre.

Que apropiado madre.

—¿Tu sabes quién soy?

No, tampoco interesa, deja de revisar cosas que no te interesan —tampoco le dijo que soy su hija.

—ya veo.

Fue cuando comprendí que no debería seguir indagando o me toparia con algo que no quiero saber.

Mi madre siempre fue reticente a ese ser, nunca le permitió estar cerca de ella.

Ella odiaba a mi padre.

Pero parecía que él la adoraba.

Mi madre adoptaba niñas y las educaba para ser máquinas de matar. Aún así, las adoraba tanto como a mi, nos protegía. Ellas eran sus viudas negras, mis hermanas. Algún día yo tomaría el mando y para eso me preparé toda mi vida.

El día que logré pasar las pruebas, mi madre me sonrió con orgullo y se fue.

No volvió nunca más.

La encontré muerta junto a un árbol donde estaba una lápida con el nombre de mi padre, la enterré cerca de un lago que siempre visitaba y todos les días iba a dejarle rosas blancas.

Pero después empecé a descubrir un ramo de rosas rojas que olía a azufre en el lugar.

Hasta que un día el visitante secreto se presentó ante mi.

Era mi padre.

—Por que siempre vuelves? Ella te odia.

solo se odia lo querido.

Esas palabras bastaron para comprender que mi padre le destrozó el corazón a mi madre pero él aún la ama.

Érase una vez un demonio que se enamoró de un ángel caído, y aunque hubo amor, era tan gelido que ambos murieron del frío que irradiaba de sus corazones.

Yo nací de ese gelido amor.

Ellos eran mis padres.

Los the radio demons.

CONTINUARÁ EN LA PARTE 2…

"Odio Ardiente, historia de un matrimonio "

Próximamente en Wattpad.

Se publicará pronto.









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