Capítulo 26

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SAHAMEDI

—¡Qué rico huele! —dice su amigo saliendo de la habitación y yo agudizó mi olfato, pero no huele a nada en particular, nada fuera de lo común. Excepto, el aroma de Itzi y el de Franco, quien quizás esté en la entrada del castillo o de camino hacia nosotros. Lo cierto es que no huele a nada extraño.

—¿A qué huele? —pregunto saliendo detrás de ellos, percibiendo que el olor de Franco se acentúa más, lo que me indica que está dentro del castillo y que viene a nuestro encuentro.

—No sé, huele a...

—¡MÍO! —sus palabras se ven interrumpidas por el grito descomunal de Franco, quien se le tira encima a Freimy y lo estampa contra la pared, mientras huele su cuello con desesperación —¡Mío! —dicen ambos al unísono y yo miro a Itzi sin saber que acaba de pasar, que hacer o que decir ¡Estoy en shock! Se supone que Freimy, ya había encontrado su mate y que esta lo rechazo, por lo cual él ya no podría tener otra pareja y por lo que sé, los lobos solo tienen un mate y ahora resulta que mi mano derecha y mejor amigo, es el mate de la mano derecha y el mejor amigo de ella ¡Estoy tan confundido!

—¡Por la diosa luna! —dice Itzi saliendo de su trance y yo hago lo mismo.

—¿Que acaba de pasar? —pregunto acercándome a ella, mientras Franco y Freimy, se besan como si no hubiera un mañana. Yo no tengo nada en contra de los gay, pero no les voy a negar que ver a dos hombres besándose de esa manera me da un, no sé qué. Y no digo que sea asco, ni nada de eso, solo digo que me da cierto morbo, cierto no sé qué, verlo besándose con tanta pasión, es que... Se besan con tanta pasión, con tanto desespero, con tanta hambre, con tanta necesidad que... ¡Cielos! Ellos se besan como si sus vidas dependieran de ese beso.

—No lo sé —dice y puedo percibir la preocupación y la diversión en su voz por la situación —Pero si no los detenemos en este momento terminarán follando delante de nosotros y marcándose.

—Lo cual sería desastroso en este momento —terminó por ella, mientras me acerco a ellos —¡Franco! —lo llama tocando su hombro, tratando de que se separen, pero no lo hacen —¡Franco! —exclamó un poco más fuerte para que me escuche y lo hace.

—¡Rey mío! —dice con una mezcla de confusión y felicidad en la mirada —¿Que acaba de pasar? —pregunta mirando de arriba, abajo, a Freimy y este hace lo mismo con él.

—Ah, no, a mí no me mires —dice Freimy, con confusión —No sé qué diablos acaba de pasar —se rasca la cabeza y mira a su mate —¿Qué diablos acaba de pasar?

—Eso mismo queremos saber nosotros —dice Itzi acercándose a Freimy—¿Qué acaba de pasar?

—Esto no puede ser posible —dice Freimy, caminado de un lugar a otro —Él no puede ser mi mate, ¡No puede serlo! ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡No puede ser! —dice una y otra vez con desesperación —¡Tú no puedes ser mi mate! ¡Un vampiro no puede ser mi mate!

—En ese caso podemos romper el vínculo ahora mismo —dice Franco, dando un paso atrás y puedo percibir su dolor.

—¡No! —exclama acercándose a él —No lo dije por lo que piensas, ni nada de eso —dice tratando de explicarle las cosas —Lo dije porque yo ya tuve una mate y esta me rechazo y a excepción de... —mira a Itzi preguntándole con la mirada si él sabe la verdad.

—Tranquilo, puedes hablar con confianza —le confirma y este vuelve a mirarlo.

—A excepción de ella nunca supe de ningún otro lobo que tuviera dos mates y ahora resulta que tú eres mi mate y estoy confundido. Soy un lobo y tú un vampiro y además ya no habíamos visto... —tiene razón, el día que invadieron el castillo ellos estuvieron cara a cara y no paso nada —Y yo no sentí nada.

La Sombra De Tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora