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Una vez en Wessex, lo primero que hace Ivar es buscar un lugar seguro y cómodo para que Frida pueda recuperarse

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Una vez en Wessex, lo primero que hace Ivar es buscar un lugar seguro y cómodo para que Frida pueda recuperarse. Apenas identifica en el castillo del rey Ecbert una cama grande y cómoda, avisa a sus hermanos para que le ayuden. En menos de 5 minutos Sigurd lleva en sus brazos a Frida, quien se queja ocasionalmente por el dolor de su herida, mientras el hijo de Ragnar se disculpa por hacerle daño sin intención de causarlo, e intenta ir lo más despacio posible para ser gentil con ella.

—¿Quieres que llame a alguien para que te revise? —cuestiona Sigurd al recostarla en la cama, ella niega con una sonrisa, mientras Ivar observa esa escena, sentado en el borde.

—Sólo es dolor, es normal. Estaré bien. En verdad gracias.

—La única forma en que me lo agradecerás es recuperándote —él sonríe bobo, por verla frente a él.

Ivar nota esa mirada, se pone furioso e incómodo, por eso aclara su garganta, recordando a su hermano que no sea impertinente. Sigurd enseguida es distraído del rostro de Frida para ver a su hermano, y bajar la mirada.

—Los dejo, cualquier cosa me dicen.

Y antes de que salga, ambos chicos le agradecen por su acto. Frida no puede pensar en nada más que dormir, Ivar soló quiere esperar con ella. Enseguida entra Björn, alegrandose de ver a Frida cómoda, y después dirigiendo sus palabras a su hermano.

—Guiaste a estas personas a la victoria, esperan por ti para que les des aliento y los confortes, porque esto no ha terminado.

El ser reconocido por Björn cómo la mente maestra, es algo que Ivar jamás planeo escuchar, mueve la mirada para ver a Frida, quien le sonríe emocionada y orgullosa de él, está incrédulo.

—Pero Frida aún no está...

—No me iré a ningún lado. Es su victoria Ivar, ve a disfrutarla.

—No quiero dejarte sola.

—Los dioses cuidan de mí. Mereces ir a disfrutar esto, no sólo por ti, por tu padre.

—Regresaré enseguida a verte —dice el chico, centrándose en su novia.

—Ve a beber —ella acaricia la mano de su prometido— lo que viene para ti sólo puede ser bueno.

Ivar se mueve para darle un largo beso en los labios.

—Regresaré enseguida, te amo. Mandaré a alguien para cuidar de ti.

Frida asiente, agradeciendo. Entonces él sale arrastrándose, Björn lo sigue, dedicando una última sonrisa a la chica. Después de unos minutos, gritos se escuchan mientras el nombre de Ivar es mencionado repetidas veces. Frida no puede hacer otra cosa más que sonreír por eso, está llena de orgullo.

Una esclava entra, ayudándola a limpiar por completo su rostro y ponerse una pequeña manta limpia, el frío comienza a ser fuerte. También le ayuda a beber y comer, mientras le describe la fiesta, y lo felices que todos están.

Por la noche, la esclava le ayuda a ir al baño. Al regresar, la chica vuelve a recostarse. La mujer se marcha cuando ya no hay rastro del sol. Fri sólo sigue esperando por Ivar, hasta que escucha pasos.

Esa persona se tambalea, parece ser muy grande. Entonces la puerta de esa habitación se abre. Tal vez sea alguno de los hijos de Ragnar, alguien que se ha embriagado mucho. A pesar de la luz emitida por las velas, ella no ve muy bien, y no es hasta que esa figura está frente a ella que nota el gran peligro en el que está.

 A pesar de la luz emitida por las velas, ella no ve muy bien, y no es hasta que esa figura está frente a ella que nota el gran peligro en el que está

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Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora