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—Hay noticias nuevas —menciona Ivar, mientras Frida está recostada, casi dormida.

—¿Qué pasa? —ella se gira para darle la cara y observarse.

—Los hombres con quienes hablaste, han detenido ese botín: quienes participaban en él fueron convencidos de parar. Los he nombrado comisionados para externarme los temores de la gente de Kattegat, y ser la conexión entre la gente y yo, eso hará que comiencen a simpatizar conmigo —Frida le sonríe cansada.

—Fue una gran idea.

—Tomé tu consejo de acercarlos —dice con una sonrisita, orgulloso de ella.

—Son los guerreros más famosos y bendecidos por los dioses, tú lo hiciste bien.

—Sin ti no habría podido llegar a ese acuerdo. Te adoro Frida, demasiado. Si me hubieras preguntado hace unos años, jamás habría imaginado que estaríamos aquí, y mucho menos que estarías casada conmigo —él se recuesta, ahora refugiándose en los brazos de su amada, acercando su cabeza a su pecho.

—Ha sido trabajo de equipo Ivar.

—Somos un gran equipo —menciona susurrando, acariciando el brazo desnudo de su esposa, escuchando como late su corazón.

La chica sonríe. A pesar de eso, el tema de que Ivar la engañó, con Margrethe y Freydis, no deja de pasar por su mente una y otra vez. Definitivamente se siente mal por lo que ella hizo en Inglaterra, pero Hvitserk tiene razón, la Frida del pasado no sólo se habría vengado de nuevo, sino que lo habría dejado. ¿Por qué y cómo ha cambiado tanto? ¿Acaso Hvitserk tiene razón, y ese cambio tiene que ver con sus nuevas responsabilidades como reina de Kattegat?

—¿Existe alguna otra vez en la que hayas estado con alguien, y yo no lo sé? —Ivar ni siquiera se inmuta, no se siente nervioso, contesta con normalidad.

—No. Lo sabes todo ahora —Frida sólo da una sonrisa triste, no sabe que creer, pero sabe que, si sigue pensando en eso, morirá de angustia. Ambos se mantienen abrazados, disfrutando su compañía. Y de esa forma duermen.

Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora