—Nos vamos Frida, abandonamos Wessex para ir a York, la próxima ciudad a tomar. Nos servirá demasiado, estratégicamente.
El chico se arrastra demasiado feliz, su ánimo cambia al notar que ella no lo ha volteado a ver.
—Vamos, las primeras personas ya se han ido, no queremos ser los últimos—apenas él llega a su lado, nota la tristeza de la chica—. ¿Qué piensas?
—¿Recuerdas cuando esa cabra casi te mata? —dice ella, sin observarlo—. Yo sólo pude arrastrarte lejos, y después vino tras de mí, aún tengo la cicatriz de aquella vez.
Él analiza ese precioso rostro, contemplando a ningún lugar en específico.
—¿Por qué me dices esto?
—Porque Sigurd fue quien nos rescató a ambos de esa cabra —ella se gira para observarlo—. Sé que no te sientes tan mal por matarlo, y eso me preocupa y entristece.
—¿Te estás poniendo del lado de Sigurd? —él comienza a enfadarse.
—Me estoy poniendo del lado de la razón. Sé que tu vida ha estado llena de caos, injusticia, malos tratos, pero no puedes dejar que eso te supere. Eres mejor que eso. Me hace pensar en lo inestable que eres, y que podrías aniquilarme a mí también en un ataque de ira.
—Cariño, jamás te tocaría. Sigurd siempre me molestaba.
—Lo sé. Yo sólo pienso que tu padre fue grande por sus logros, y a pesar de cometer errores, y hacer estupideces, era amado y respetado. ¿De qué forma quieres superarlo? ¿Quieres ser famoso por ser odiado, o es más dulce una fama limpia? Sólo quiero que lo pienses.
—¿Piensas dejarme? —ese discurso le suena a eso.
—Mi destino es estar contigo, yo lo sé. Jamás te dejaría, y sé que tú tampoco porque nos amamos. Por esa razón quiero que pienses en el tipo de hombre del que crees que soy digna.
—Yo...
—No tienes por qué contestar, yo estaré contigo sin importar qué, espero que eso te sirva como una guía para que seas el hombre que quieres ser. Serás más grande que tú padre, la pregunta es ¿Cómo lo harás?
Ivar ahora comienza a observar el bosque. A veces siente que Frida está ahí como un recordatorio de la templanza y sabiduría que debe tener en su vida, justo cuando esa arrogancia, soberbia y ambición comienzan a cegar su razonamiento. Agradece que ella esté ahí, pero siente que no la merece.
—¿Amabas a Sigurd?
Frida se gira a observarlo, lágrimas amenazan con salir.
—Crecí cerca de ustedes. ¿Por qué no amaría a Sigurd? Era un hermano para mí, pero detestaba la forma en que te trataba.
—Sé en lo que piensas, que soy un monstruo, soy un maldito lisiado que no tiene sentimientos. ¿No es así?
Frida niega, mientras observa como Ivar se tensa, y comienza a mostrarse furioso.
—Por supuesto que no...
—Sólo estás conmigo porque mi padre o madre te lo pidieron, es lástima lo que te mueve a estar con un maldito enfermo, limitado por sus estúpidas piernas. Si no, correrías a acostarte con cualquiera. Al final eso es lo que quieres. ¿No?
Frida enseguida abofetea a Ivar, esto lo hace entrar en razón. Un golpe violento y seco, que le recuerda la razón por la que ella ha sido tan reconocida en esos primeros combates. Apenas regresa su vista a ella, Frida está rota.
—Eres un idiota. ¿Qué es lo que te hace diferente a Sigurd que siempre te molestaba? ¿Eso quieres, comenzar a ser una mierda conmigo? ¿De qué forma voy a terminar? ¿Piensas lanzarme una flecha, o me decapitaras? No eres así, y ahora sólo quiero huir de ti, irme lo más lejos posible y jamás volver a ver tu maldita cara sin sentimientos.
Frida se pone de pie, él ahora está arrepentido.
—Fri, yo no quería decir eso...
—Si no dejas de sentir lástima por ti mismo, nadie dejará de hacerlo. ¿Quieres que vaya a acostarme con los vikingos allá? Exactamente eso haré, gran pedazo de mierda.
—Frida espera.
La chica se marcha llorando y furiosa. Ivar se mantiene viéndola marchar, intentando seguirla arrastrándose, ella es más rápida. De pronto la pierde de vista cuando ella se pierde en los grupos que ya marchan rumbo al nuevo campamento.
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Frida [Ivar The Boneless/Alex Høgh Andersen]
Fiksi PenggemarIncluso si los dioses no están de acuerdo no me importa, habría sido capaz de perder contra el mismo Odin por ti. Los hombres son elegidos para entrar al Valhalla por asañas increíbles, por su valentía, su fuerza, su voracidad, su tolerancia al dolo...