Pov Philip
Soy un monstruo.
Mis manos tiemblan y mis ojos se inundan. Ha sido el peor día de mi vida, pero a la vez el mejor que he pasado en este pueblo. Eso es lo que me da más miedo. El rostro de la chica muerta no puede quitarse de mi mente, pero tampoco las aclamaciones de esa gente, gente que ya no me parece tan idiota. Es increíble. Por un momento me amaron. Por un momento, me sentí escuchado. Solo que lo que amaban y escuchaban era lo peor de mí.
El saludo de Caleb interrumpe mis pensamientos. Me vuelvo a él. Nunca me había alegrado tanto de verle. Me lanzo a abrazarlo y entierro mi cabeza en su hombro. Él me devuelve el abrazo confundido.
—¿Ha pasado algo, Philip?
Niego con la cabeza. Aprieto los puños sujetando su camisa mientras mis ojos se llenan de lágrimas. Me siento como el niño pequeño que llegó a esta ciudad hace años. Indefenso.
—Philip. —Caleb me suelta y me mira preocupado. Cierra la puerta y me conduce hasta su cama para que ambos podamos sentarnos—. ¿Ha pasado algo? —repite muy serio. Trago saliva. Sé que solo puedo decirle la verdad.
—He matado a alguien. —Caleb abre mucho los ojos, pero no responde—. Mira, puede que tuvieras razón. Quizás sí importaba ser o no nosotros los responsables de la muerte de todas esas personas inocentes.
—Philip...
—Es que no lo sé, Caleb. Esa persona ha muerto y yo ni siquiera quería matarla, solo quería demostrar que no era una bruja, ¿sabes? —Abrazo mis rodillas—. Probablemente hubiera acabado en la hoguera y hubiera sido igual. No lo sé. De lo que puedo estar seguro es de que aún no estaba listo para verla morir.
—¿Pero cómo ha pasado?
—Por la caza de brujas, Caleb. —Me levanto y empiezo a dar vueltas. Sé que a él le pone nervioso, pero es mi única forma de tranquilizarme—. Ha sido el día más confuso de mi vida. No solo por la muerte de esa chica. En realidad, hay algo más.
Paro en seco y miro a Caleb. Él me escucha con atención. Trago saliva. No sé si estoy preparado para contarle la segunda parte. Es algo que prefiero ignorar y olvidar. Algo que solo deseo que se borre de mi mente. Porque ¿cómo le dices a tu hermano que una parte de ti se ha sentido bien después de asesinar a alguien?
—¿Y qué es?
Miro a Caleb. Su mirada refleja total preocupación. Relajo los hombros. No. No es momento de decirle esa parte de mí. Doy un suspiro y vuelvo a sentarme junto a él.
—No es nada. —Me encojo de hombros—. Es solo que, bueno, esas personas no son brujas ni hechiceros en realidad, ¿no? Creo que es absurdo.
—Ya, bueno. —Caleb aparta un poco la mirada—. Yo también tengo algo que decirte, ¿sabes?
Me inclino un poco para poder mirarle la cara. Caleb se abraza a sí mismo. Parece asustado. Yo bajo la mirada. Acabo de caer en que no me he preguntado qué tal le ha ido a él. Probablemente le haya ido peor que a mí. Él quería menos que yo este trabajo.
—Puedes contarme lo que sea, ¿vale? —Apoyo mi mano en su hombro. Él se incorpora y es capaz de mirarme. Limpia sus lágrimas y me dedica una sonrisa.
—Vale —acepta.
—¿Y bien?
Caleb se rasca la nuca nervioso.
—Hay algo en lo que me equivocaba, Philip. —Frunzo el ceño extrañado—. A lo mejor te cuesta creerlo, pero es verdad, ¿sabes? Aunque sea raro.
—¿De qué estás hablando, Caleb? —pregunto muy serio.
Él levanta la cabeza con los ojos lagrimosos. Mi espalda se pone recta. Trato de estar preparado para cualquier cosa. Nada puede ser peor que mi confesión.
—Las brujas existen, Philip.
O sí.
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Dime quién cometió traición (La historia de Caleb y Philip)
FanfictionToda historia tiene dos versiones, sentimientos propios y diferentes batallas. Esta historia no es la excepción. Caleb es un alma libre, no necesita ser aceptado por nadie y su único propósito es cuidar de sus seres queridos. Philip le teme a la sol...