Pov Caleb
—Pero ¿esto por qué?
—Tú solo ábrelo.
Miro a Evelyn con desconfianza, ella asiente con la cabeza. Trago saliva y aparto la sábana que envuelve el regalo. Puedo notar a Evelyn pegar un pequeño salto nerviosa.
Veo en su interior un tronco de madera y una bolsita. Miro a Evelyn, sigue emocionada. Yo no entiendo bien qué significa su regalo. Con inseguridad saco de la bolsa una pequeña semilla. Vuelvo a mirar a Evelyn.
—No entiendo... —balbuceo con la mayor suavidad posible para no herirla.
—Ya, ya. —Evelyn ríe un poco—. No esperaba que lo hicieras. —Ladeo la cabeza confundido—. Es una tradición familiar —explica—. Esto —apoya su mano en el trozo de tronco—. Es madera de taliamigo. Todos en la familia le han regalo uno a una persona especial.
—¿Quieres que talle mi propio taliamigo? —cuestiono impresionado. Evelyn asiente con la cabeza con una sonrisa—. Pero yo soy humano.
Ella se encoge de hombros.
—Y también mi persona especial —dice antes de besarme en la mejilla—. Tú guárdalo. Puedes hacerlo cuando tengas claro que quieres tallar.
Mis ojos recorren la habitación de Evelyn hasta el pájaro de madera rojo que me compró cuando nos conocimos. Dejo la madera en un lado y me levanto hacia él.
—Podría tallarlo a él —respondo. Evelyn me presta atención—. Es lo que hizo que nos conociéramos y lo que ha logrado que ahora, bueno, me hayas unido a tu costumbre familiar.
Evelyn ríe un poco. Se levanta y se acerca a contemplar el pequeño pájaro de madera conmigo.
—La verdad es que me hace feliz que para ti también sea tan importante —responde ella sacándolo del estante y pasándolo por sus manos—. Antes de que vinierais a las Islas Hirvientes lo contemplaba durante horas pensando en ti. —Evelyn ríe ante su declaración—. Aunque la vez que choqué contigo se me cayó y se rompió este ojo.
Tomo el pájaro de madera entre mis manos y observó su pequeña marca en el ojo. Doy una media sonrisa.
—Me gusta más así —comento. Evelyn frunce el ceño confundida—. De hecho también se lo tallaré a mi taliamigo. A fin de cuentas, es otra cosa de nuestro recorrido.
Evelyn sonríe.
—¿Cómo puedes gustarme cada día más? —pregunta. Solo puedo reír con vergüenza y apartar la mirada.
—¿Y qué es lo otro? —cuestiono volviendo a por la bolsita. Evelyn comienza a peinarse un mechón con una risa nerviosa.
—Bueno, la tradición es regalarle madera de taliamigo a alguien especial —explica—. Y que esa persona haga lo mismo. Esa es tu semilla.
Me siento en la cama muy lentamente observando la semilla de taliamigo. Fijo la vista en la ventana y trago saliva.
—Creo que ya sé a quién voy a regalarle el próximo tronco —digo en un susurro. Evelyn se sienta junto a mí con atención—. Se lo daré a Philip cuando vuelva.
Noto como Evelyn se pone tensa.
—Aún no ha habido suerte en la búsqueda, ¿no? —cuestiona con tristeza. Niego con la cabeza, abrazo mis rodillas y aparto la mirada.
Cuando Philip dijo que se iría pensé que sería unos meses. Sé que fue un arrebato de ira, yo creía que solo se marcharía a despejarse. Pero los días se volvieron semanas, las semanas meses y los meses acabaron en algo más de un año. Me siento culpable porque él me ofreció a acompañarle y yo no sé por qué pensé que sería mejor que se tomara tiempo solo. Pensaba que en frío entendería lo que Evelyn significa para mí y por qué le unía a planes conjuntos. Ya no estoy tan seguro de si debería haber sido yo el que debía ceder y dejar de ser tan egoísta. Después de todo si hubiera ido con él, sabría cómo está.
—Philip volverá —responde—, pero no puedes paralizar toda tu vida por esto. —No respondo—. Tienes que seguir adelante.
Reprimo unas lágrimas. Sé que Evelyn tiene razón, pero la culpa me carcome por dentro. Philip podría estar en peligro o incluso muerto y es algo que nunca sabré. Al menos no pronto.
—No lo sé. —Entierro la cabeza entre mis piernas y me cubro con los brazos. Siento como Evelyn me acaricia la espalda y empuja mi cabeza hacia su hombro.
—Todo va a salir bien —promete acariciando mi cabello—. Philip volverá tarde o temprano. Lo sé.
Asiento con dificultad.
—¿Y sabes? —Evelyn empieza a acariciar mi frente y mi mejilla. Cierro los ojos para sentirlo mejor—. Hay algo que debo decirte.
—¿Qué es? —pregunto incorporándome. Evelyn sonríe y baja la mirada a su vientre. Un escalofrío me recorre toda la espalda.
—Vamos a ser padres.
Levanta la mirada con una inevitable sonrisa. Mi corazón deja de latir por unos segundos. Estoy tan sorprendido que no sé si estoy emocionado o decepcionado por la noticia. Solo soy capaz de asentir con la cabeza. Me arrepiento al momento de eso.
—¿No estás feliz? —La sonrisa de Evelyn se desvanece. Me culpo en todos los idiomas que conozco por mi reacción. Dibujo una sonrisa y acerco mi mano a su vientre.
—Llevo mucho tiempo soñando con casarme y formar una familia contigo —digo con sinceridad—. Es mi mayor deseo, en realidad. —Evelyn arquea las cejas—. Es solo que —me pongo muy recto. Inspiro y expiro— no soy si voy a hacerlo bien.
—¿De qué estás hablando? —pregunta Evelyn—. ¿Por qué no ibas a hacerlo bien?
Doy un suspiro. Tengo muchas respuestas para esa pregunta. Me encojo de hombros y vuelvo a mirar a la ventana.
—No fui el mejor hermano mayor para Philip —respondo—. Yo siempre había pensado que estaba hecho para cuidar de otros, pero si eso fuera así Philip habría vuelto.
Evelyn traga saliva. Sé que no debería hablarle de esto ahora, pero no puedo esconderle como me siento. De verdad quiero ese bebé y el único motivo de no casarme con ella antes ha sido no tener la bendición de Philip. Solo que ahora no me siento preparado y mucho menos cualificado para algo así.
—Siento mucho haberte amargado tu sorpresa —digo volviéndome a Evelyn—. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano y me hace mucha ilusión poder criar a este bebé juntos, no quiero que pienses lo contrario, de verdad. Sabes más que nadie lo mucho que he soñado con este día. Es solo que... —Hago una pequeña pausa. Evelyn me mira con mucha atención— ...quiero hacer las cosas bien y no estoy seguro de ser capaz.
—Caleb. —Evelyn levanta mi barbilla para poder verla bien—. Eras un niño cuando tuviste que cuidar de Philip. Obviamente no hiciste todo perfecto. Ni lo harás con este bebé siendo adulto. Somos personas, tenemos errores. Entiendo tu ansiedad y lamento si no he dado la noticia en el momento más indicado, pero quiero que sepas que si hay alguien cualificado para este trabajo eres tú. Además no estarás solo, vas a tenerme en todo momento.
Las palabras de Evelyn aceleran mi corazón. Me lanzo a abrazarla hasta tal punto que cae de espaldas sobre la cama. Ambos reímos. Me empuja a un lado de la cama y me envuelve con los brazos. Apoyo mi cabeza sobre su pecho y cierro los ojos. Ahora me siento seguro.
—Te quiero, Caleb —susurra Evelyn volviendo a acariciar mi cabello. Le acerco más a mí.
—Y yo a ti, Evelyn.
Nota de la autora: Holiiis!!! Me disculpo por no haber publicado esa historia de relatos de la que os hablé antes, pero es que no he hecho ni la portada porque no he tenido tiempo. Aunque para mañana está seguro. ;)
Ya no tengo que decir mucho más, solo que muchas gracias y es que cada vez hay más comentarios por capítulo y me hace muy feliz.
Como hay confusiones con el tiempo quiero aclarar que en este capítulo y el anterior han pasado seis años respecto al resto y que Philip empezó su viaje hace un año aproximadamente, el tiempo que llevan Caleb y él sin verse.
Con esto aclarado, me despido y procedo a sacar a mi perro que creo que el pobre lo está deseando y me está odiando por querer publicar esto antes. xd
Muchas gracias y adiós!!! <3
ESTÁS LEYENDO
Dime quién cometió traición (La historia de Caleb y Philip)
Fiksi PenggemarToda historia tiene dos versiones, sentimientos propios y diferentes batallas. Esta historia no es la excepción. Caleb es un alma libre, no necesita ser aceptado por nadie y su único propósito es cuidar de sus seres queridos. Philip le teme a la sol...