Pov Caleb
No me molesta que Philip haya salido a investigar sin mí. Me alegra que haya tomado esa iniciativa. Cada vez tengo más esperanza de que le guste este sitio. De verdad.
Niego con la cabeza. ¿A quién quiero engañar? No entiendo por qué no me ha avisado. Siento que nos estamos distanciando.
Dos toques a la puerta me sacan de mis pensamientos. Me termino de vestir y abro la puerta seguro de que Philip habrá terminado su excursión.
—Evelyn. —Me veo obligado a sonreírle. No es que no me alegre de verla, pero prefería que fuera Philip—. Qué sorpresa.
—Hola. Quería asegurarme de qué habíais dormido bien —explica.
Se asoma un poco al interior de la habitación. Me siento estúpido. Tengo mi cama deshecha y la ropa de ayer desperdigada. Seguro que piensa que soy un desordenado.
—¿Philip ya se ha despertado? —pregunta.
—Esto... sí —respondo apoyándome en el umbral de la puerta. No sé por qué estoy tan nervioso—. Ha ido a dar una vuelta. Me ha dejado una nota esta mañana.
—Ah... —contesta Evelyn asomándose de nuevo. Creo que espera que le invite pasar—. Entonces, ¿estás tú solo?
—Eso parece. —Dejo de apoyarme en el umbral de la puerta y entrelazo mis manos. Evelyn restriegas las suyas en su vestido. Qué incómodo—. ¿Quieres pasar? —Por fin soy capaz de decirlo. Ella asiente con la cabeza y me acompaña al interior de la habitación.
Cierro la puerta detrás de nosotros. Ella da unos cortos pasos mirando a todos lados examinándola con atención. ¿Qué tiene que ver de una habitación tan desordenada? Me apresuro a recoger la ropa y a guardarla de mala manera dentro del armario. Ella levanta las cejas.
—Así se va a arrugar —me dice. Siento mis mejillas sonrojarse. Estoy pareciendo imbécil.
—Ah, sí. —Saco la ropa y empiezo a doblarla con tranquilidad. Evelyn me observa en silencio. Mi corazón late a mil. ¿Qué me pasa?
—¿Sabes a dónde ha ido tu hermano? —pregunta colocándose a mi lado y agarrando una prenda de ropa que doblar.
—No lo sé. —Me fijo en como dobla mi camisa—. Oye, no tienes que ayudarme —añado con vergüenza intentando quitársela de las manos.
—Solo ha sido una camisa —responde risueña dejándola sobre el resto de la ropa. Tomo la pequeña montaña con cuidado y la guardo en el armario—. Entonces, ¿qué tal tu primera noche en las Islas Hirvientes? —pregunta.
—Bien. —Extiendo las sábanas de mi cama—. Lo cierto es que he descansado mucho. Llevaba unos días sin poder dormir.
—¿Y eso? —se interesa sentándose en la cama ya hecha. Hago lo mismo.
—No lo sé. Creo que estoy nervioso. —Me encojo de hombros—. Están pasando muchas cosas y no siempre soy capaz de entender cómo me siento ni qué es lo mejor.
—¿Lo mejor?
—Ya sabes, lo correcto —explico. Evelyn escucha con mucha atención—. No sé dónde está el límite de las cosas.
—Es difícil de saber —contesta ella—. A veces lo único que necesitas es dejar de pensar y hacer lo que te apetezca en cada momento.
—¿De verdad?
—Sí. —Evelyn ríe después de decirlo—. Créeme que es lo mejor para cuando uno está tenso.
—Bueno, ¿y a ti que te apetece hacer? —pregunto. Evelyn niega con la cabeza con una sonrisa.
—No, no lo has entendido, idiota. Tienes que hacer lo que te apetezca a ti, no a otra persona.
—Es que a mí solo me apetece estar contigo.
Evelyn me mira con una mirada entre felicidad y confusión.
—No seas así. —Me da un codazo amistoso—. Sé que finges ponerte sentimental para no tener que elegir, pero no. —Evelyn se acomoda para mirarme mejor—. Tú eres quien decidirá qué hacer.
—Cuánto poder.
—Pues, venga. Úsalo.
Tardo en responder. No me había dado cuenta hasta ahora lo difícil que siempre me ha resultado decidir. Antes simplemente no lo hacía. Solo buscaba lo correcto, no lo que quería, o sino hacía lo que Philip quisiera. No porque él fuera mala persona, sino por pura comodidad.
—Te echaré una mano —dice Evelyn—. Dime, ¿qué te gusta hacer?
—Muchas cosas —respondo tumbándome en la cama con los brazos extendidos. Supongo que eso es más interesante que decir que nada.
—¿Por ejemplo? —me apremia Evelyn tumbándose también. Su rostro está tan cerca que puedo sentir su respiración.
—Bueno ya sabes que me gusta tallar madera. —Evelyn asiente y saca de su zurrón el pájaro rojo. Frunzo el ceño.
—¿Es que lo llevas a todas partes? —pregunto.
—Digamos que se ha hecho muy amigo de Flywindow —responde. Sonrío.
Flywindow es su taliamigo, es decir, la punta de su bastón mágico que cobra vida cuando se separa de este. Es un pájaro de color azul muy cariñoso. Evelyn me contó que los portadores pueden entenderlos así que cuando pía ella es capaz de responderle, aunque para mí solo sea una piada. Puede parecer raro, pero es adorable verlos juntos.
—Entonces, ¿lo llevas por Flywindow? —pregunto. Evelyn ríe como una niña pequeña.
—No va a ser por ti, ¿no?
—No lo sé, ahora estoy bastante confundido.
—¿Por qué eres así de idiota? —pregunta Evelyn. Frunzo el ceño sin entender. Ella niega con la cabeza decepcionada, ojalá supiera qué espera que diga o haga—. Bueno, ¿has pensado ya en qué hacer? —insiste.
—¿Por qué tantas ganas de que decida?
—Porque no sabemos si mañana va a estar tu hermano y estoy segura de que si así es, harás lo que él quiera.
—Bueno, a mí no me importa.
—Eres desesperante —protesta llevándose las manos a la cara.
No entiendo por qué dice eso. De verdad no me importa no decidir. Es incluso más fácil y cómodo para mí.
—Es que no sé. —Me remuevo nervioso—. De verdad no me importa si eliges tú.
—¡Yo qué sé, Caleb! ¿Quieres hacer turismo por la ciudad? ¿Quieres tomar algo? ¿Quieres ir a algún espectáculo? ¡Cualquier cosa me sirve! —Sé que Evelyn lo hace por mi bien, pero su tono y su insistencia me hacen temblar de pánico. De verdad me da igual.
Doy un suspiro y lo pienso unos segundos. Con mucho esfuerzo consigo decir:
—En realidad, sabiendo que mañana puede estar Philip con nosotros creo que lo que prefiero es que nos quedemos aquí. —Evelyn me mira con la boca entreabierta—. Ya sabes, hablando y conociéndonos mejor.
—Vaya —exclama mirando el techo y jugueteando con el pájaro de madera entre sus manos—. Pues en realidad creo que también es lo que más me apetece a mí.
Nuestros ojos se clavan, nos regalamos una sonrisa tímida y mi estómago se llena de mariposas.
Nota de la autora: Holiis! Primero de todo muchas gracias por los votos y comentarios. He visto que ha llegado alguien nuevo entre los comentarios. Me ha hecho mucha ilusión. Bienvenidx!!! Espero que os haya gustado el capítulo, como veis, hoy vamos a estar muy románticos 7w7
Como ya os dije ayer, no hay diario, pero cuando me vaya a dormir (o quizás antes) publicaré el capítulo especial!!!!!
Con esto me despido y hasta entonces!!! <3
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Dime quién cometió traición (La historia de Caleb y Philip)
FanfictionToda historia tiene dos versiones, sentimientos propios y diferentes batallas. Esta historia no es la excepción. Caleb es un alma libre, no necesita ser aceptado por nadie y su único propósito es cuidar de sus seres queridos. Philip le teme a la sol...