31: Desconocido

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Maratón especial 100k 1/3

Pedri.

—¿¡Podrías dejar de salpicarme?! —exclamó Sira mirándome.

Me empecé a reír dentro del agua.

—Es que no entiendo para que te pones el bañador si no te vas a meter a nadar.

—Existe una cosa que se llama "tomar el sol", Pedri —me dijo Luna con una sonrisa.

—¿Tú tampoco te vas a meter?

—Yo sí pero estoy esperando a Ona, ¿dónde está?

—Cambiándose arriba —le contesté.

Como si el universo nos hubiese escuchado, de repente vimos a Ona salir a la terraza viniendo hasta la parte de la piscina donde estábamos todos. Llevaba puesto un vestido blanco en el cual debajo llevaba un bikini que me parecía rojo.

En la piscina estábamos metidos los chicos, mientras que Sira y Luna estaban fuera tomando el sol. Ona se unió a ellas.

—Venga ya, Ona. No me digas que tú también vas a tomar el sol. No hagas esto a tu pobre novio —me quejé exageradamente.

—Yo sí que quiero bañarme —me dijo—. ¿Vosotras no?

—Yo también, te estaba esperando —le respondió Luna—, ¿Sira tú?

—Que va, prefiero quedarme fuera antes de entrar ahí dentro con estos animales —señaló a los chicos.

—¿Y Adriana? ¿Todavía no se ha despertado? —pregunté, me resultó raro ya que Ansu y Nico si que estaban dentro de la piscina.

—La he visto ahora. Me ha dicho que se encontraba un poco mal así que se iba a duchar —dijo mi novia.

—Ay, lo que hace la resaca —intervino Ferran.

—Bueno, ¿entráis o que? —les pregunté a las dos chicas de fuera.

Luna asintió y se sentó en el bordillo para dejarse caer lentamente hasta entrar completamente en la piscina. Mientras tanto Ona se había quitado su vestido dejando ver su cuerpo espectacular con el bikini rojo que le quedaba increíble. Me había quedado embobado mirándola hasta que me dieron una colleja.

—¡Au imbecil! —le grité a Ferran.

—Estás Onanadado —bromeó—. ¿Lo entiendes? Porque sería "Anonadado" pero como tú novia se llama Ona pues...

—Eres tonto —rodé los ojos, él soltó una carcajada.

—Luna, ¿está fría? —Ona preguntó tocando con un pie el agua.

—Un poquitín.

—Que va, está perfecta, hombre —dije—. Venga va Ona, si no te tiras tú, te tiro yo que lo sepas.

—No, no, prefiero tirarme yo, gracias.

—Pues hazlo de golpe sin pensar —le dijo Ferran.

Ona no le hizo caso así que entró de la misma manera que lo había hecho Luna.

—Joder que no está fría, pero si está helada.

—¿Qué dices? —me empecé a reír—. Te recuerdo que te bañaste conmigo en una playa de Tenerife, esto no es nada comparado con eso.

Ella sonrió recordándolo y al entrar del todo se acercó a mí con cuidado.

—Mira ya está, ves que no era tan difícil —le dije.

—En verdad si que est...

Ona no pudo acabar de hablar ya que yo le hundí empujándola hacia abajo por los hombros haciendo que el agua recorriese toda su cabeza y pelo. Al salir me miró con rabia.

Demuéstrame amor | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora