13: Te quiero ver

16.4K 594 75
                                    

Ona.

En cuanto vi a mi padre esperándome a unos metros de mí, sonreí y me acerqué hacia allí a paso rápido. Nos fundimos en un abrazo después de casi tres semanas que había estado fuera de casa. No era mucho pero al fin y al cabo si estás con una persona conviviendo siempre (en mi caso mis padres y mi hermano), le echas un poco de menos si de un momento a otro no le ves.

—¿Qué tal Ona? ¿Os lo habéis pasado bien? —mi padre me cogió la maleta y miró hacia atrás de mí que venían también Selena y Judith.

—Si, ha estado muy bien el viaje —sonreí sincera.

Miré hacia atrás y vi que Judith se había ido a abrazar a sus padres que habían venido los dos al aeropuerto y Selena se quedaba allí con ellos. Mi padre y yo nos acercamos hacia allí.

—¡Ona! —la madre de Judith se me acercó a darme un abrazo que agradecí— ¿Qué tal estás? Guapísima por lo que veo.

—Gracias Gloria —sonreí y también saludé a su padre. Judith se parecía muchísimo a su madre, eran casi clavadas menos por el pelo que Judith, lo tenía de un rubio más oscuro.

—Supongo que estaréis cansadas, ¿qué tal ha ido el vuelo? —preguntó mi padre.

—Bien, a mí se me ha hecho corto —contestó Judith.

—Ya, al final es un vuelo de 3 horas así que mientras escuchas música o lees un libro se pasa volando —contestó ahora Selena.

Estuvimos un rato hablando. Los padres de Judith y mi padre se interesaron por saber que habíamos hecho así que tuvimos que contarle algunas de las cosas que más nos habían gustado.

Judith y yo, ya estábamos bien dentro de lo que cabía. Nos hablábamos y de vez en cuando nos reíamos juntas pero a mí me daba la sensación de que no todo era igual que antes, aún así estaba haciendo todo lo posible para que lo fuese, porque odiaba estar mal con ella. Y con Selena todo estaba perfecto, ella nunca ha sido mucho de enfadarse, era raro verla enfadada varios días con alguien así que así mejor.

—¿Mamá y Joel están en casa? —le pregunté a mi padre después de despedirnos de mis amigas y los padres de Judith. A Selena le iban a llevar ellos a casa ya que vivían las dos muy cerca.

—Si, tú madre desde que te fuiste no ha parado de quejarse sobre el desorden que hay en casa. Tu hermano lo deja todo por ahí siempre.

—Y siempre soy yo la que recoge sus cosas —rodé los ojos—. Ahora le diré unas cuantas cosas.

Mi padre rio y cuando llegamos al coche dejé mi maleta en el maletero para luego sentarme de copiloto. Del aeropuerto hasta mi casa había casi media hora en coche por lo tanto aproveché para cerrar un poco los ojos y escuchar la música de la radio. No sé ni cómo no me quedé dormida porque realmente estaba muy cansada.

Al llegar a mi casa, mi padre aparcó en el garaje del edificio y bajamos para subir en el ascensor. Mi familia y yo vivíamos en un edificio en Barcelona, no estaba en el centro pero si en un barrio muy cerca. El ascensor nos dejó en el cuarto piso, que es en el que vivíamos.

—¡Hola, ya estamos aquí! —exclamó mi padre al abrir la puerta de casa. Yo le seguí con mi maleta a rastras.

—¡Hola! —nos devolvió el saludo mi madre viniendo a paso rápido hacia mi—. Cariño, te había echado muchísimo de menos —me sujetó en sus brazos dándome un abrazo fuerte mientras yo reía y a la vez me quejaba un poco.

—Mamá, solo han sido dos semanas y media —rodé los ojos cuando se separo.

—Ya, pero he echado mucho en falta a mi niña —me dio un beso en la mejilla.

Demuéstrame amor | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora