48: Lo mejor que tengo

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Pedri.

21/3/2023

—¿Qué le has comprado a mi hermana por su cumpleaños? —me preguntó Joel.

—No te lo voy a decir —seguí moviendo mis dedos en el mando de la play. Estábamos los dos en la casa de Ona jugando al FIFA.

—Nada va a superar mi regalo. Yo le voy a regalar un dibujo —se echó a reír.

—¿Intentas despistarme para marcarme gol? No lo vas a conseguir —ambos seguimos sin despegar los ojos de la pantalla.

El equipo de Joel tenía el balón en ese momento y estaba a punto de marcarme gol pero de repente una persona se puso justo en medio de la tele dejándonos sin ver nada. Esa persona era mi novia que nos estaba mirando con los brazos cruzados sería. Me quedé mirándola embobado porque iba con un vestido negro corto y ajustado de manga larga. Estaba preciosa.

—¡Quítate idiota! Estamos jugando —le gritó Joel empujándola para intentar apartarla de la tele.

—Vamos a ver —Ona suspiró irritada—, casi es mi cumpleaños Joel, y tú literalmente has obligado a Pedri a jugar contigo al FIFA.

—No le he obligado —Joel me miró—. Pedri, no te he obligado, díselo a la loca de mi hermana.

Yo no podía responder ya que la situación me hacía demasiada gracia y no paraba de reír. Ona y Joel eran parecidos físicamente pero su personalidad era bastante diferente. Ona era más tímida de vez en cuando y su personalidad era más inocente que la de su hermano. A Él sin embargo le daba igual todo. Estaban discutiendo constantemente.

Aunque desde que Joel se despertó del coma hace más o menos tres meses, Ona había estado muy protectora con él, sobretodo las veces que quedaba con sus amigos o se iba de fiesta. Se comportaba como la hermana mayor estricta.

—Me da igual que no le hayas obligado, pero ya está. Apaga la tele que lleváis dos horas jugando.

—Pues lo que tú has tardado en arreglarte, nena —dije yo ahora, Joel soltó una carcajada y mi novia me miró enfadada.

—Y todavía no he terminado, que lo sepáis —dijo volviéndose a ir hacia su habitación.

Joel apagó la tele y yo seguí a mi novia hasta su cuarto. Ella estaba buscando algo en su neceser rosa Justo en frente de su enorme espejo del armario de su habitación.

—Son las once y media y hemos quedado en el reservado a las doce, si no te das prisa, no llegamos —le dije apoyándome en el marco de la puerta

—Espera, espera que no encuentro mi brillo de labios.

—No te lo pongas, disfruto más besándote sin él.

—Pero es que me queda muy bien —se quejó mirándome.

—Ya sé que te queda bien pero es muy pegajoso, Ona.

—Espera, ¿me lo has robado tú acaso? —me miró con los ojos entrecerrados.

—No llego a ese punto, mi amor —me empecé a reír.

—Pues lo he perdido, quizás Selena tenga y me pueda dejar.

Asentí, ella se colgó su bolso de su hombro y se puso una chaqueta blanca ya que en marzo seguía haciendo algo de frío.

Demuéstrame amor | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora