Capítulo 33: Resultado✔

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Pasaron los días y con ello llegó la hora de ir a recoger los análisis

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Pasaron los días y con ello llegó la hora de ir a recoger los análisis. Le pedí a Maya que fuera a recogerlos y después viniera al apartamento de mis chicos, puesto que Coral no se había estado sintiendo muy bien del todo. Desde ayer a estado muy pálida y no ha querido comer mucho.

- Ve con ella, cariño - volvió a insistir mi chica como por terceaba vez - Yo estaré bien, Jace estará aquí conmigo. No me pasará nada.

Estábamos en la habitación en una "discusión" por así decirlo. Cuando Coral se enteró que no iría con Maya inventó que ya sentía mejor con tal de que fuera con ella, Jace también dudaba de que fuera así. Pero suerte que yo no soy estúpido y puedo ver si mi chica se siente bien o no.

- He dicho que no. Confío en que Jace te cuidara bien, pero ya le pedí a Maya que viniera una vez que haya recogido el resultado, así que no insistas porque ya tomé una decisión - me crucé de brazos fingiendo estar molesto con ella - Iré a prepararte algo para que comas, ya que no quisiste desayunar.

Salí de la habitación y bajé directo a la cocina. Tomé lo necesario del refrigerador y comencé a cocinar una sopa de verduras con algo de pollo. El tiempo se me pasó demasiado rápido. Tocaron el timbre varias veces, supongo que es Maya.

- ¡Yo voy, amor! - gritó Jace a lo lejos. El escuchar como me llamó, me hizo sentir un hormigueo en el estómago.

El tiempo que he pasado con ellos han sido de los más felices de mi vida. No sé cómo pude vivir tan amargado por tantos años y sobre todo sintiendo odio hacia ellos. Cuando por dentro de mí sabía perfectamente que los amaba, pero mis expresiones decían todo lo contrario.

- Hola, Jace... - efectivamente era ella.

- Que bueno que estás aquí, pasa.

Comencé a servir la comida de mi pequeña junto con un té de manzanilla para que se sienta mejor y coloqué un poco de fresas, ya que son sus favoritas. Coloqué todo en una charola y junto a ella una pequeña margarita.

Tomé la charola y salí de la cocina rumbo a la habitación. En el camino me encontré con Maya y Jace que me miraban con una enorme sonrisa.

- Veo que estás en modo Romeo ¿No es así? - dijo Maya levantando y bajando sus cejas con picardía.

- Así es, ahora vuelvo. Mi amada espera por mí - ella asintió y seguí mi camino subiendo las escaleras.

Al llegar a la habitación, Coral se encontraba en forma fetal cubierta por las sábanas. Se veía totalmente frágil e indefensa.

- Cariño... - dejé la charola en la mesita de noche y destapé un poco la cara de mi pequeña, para después besar su frente.

Ella abrió un poco sus ojos y me vió. Un pequeño y tierno bostezo salió de sus labios. Sonrió y se levantó un poco aunque en el acto hizo un gesto de dolor, lo cual me preocupó aún más. Se dejó la sábana de manera que le tapaba la mitad de su rostro, se ve tan tierna.

- Cariño...siento haberte hecho cocinar, pero no tengo hambre - habló cabizbaja - Perdóname.

- No tienes que disculparte, pero tienes que comer, amor. Aunque sea un poco ¿Qué es exactamente lo que te duele? - ella señalo su estómago - Ahora entiendo, tienes cólicos.

Afirmé, a lo que ella asintió con un pequeño puchero en sus labios. Me acerqué a sus labios y le di un pequeño beso para que se animara.

- Esto siempre me pasa días antes de menstruar - hizo una mueca - Lo detesto.

Le coloqué la charola en sus piernas, ella al ver la margarita, sonrió. Me levanté de la cama, tomé una bolsa térmica de su cajón de ropa interior y fui directo al baño a llenarla de agua caliente.
Regresé y le ayudé a colocar la compresa en su bajo vientre y por debajo de la pijama.

Tomé una pastilla de ibuprofeno de uno de los cajones de la mesita de noche y se la di para que se la tomara con el té. Ella me agradeció y después se dispuso a comer despacito.

- Escuché a Maya... - asentí - ¿Ya vieron los resultados?

- No, le dije que me esperara un poco en lo que te traía la comida. Se quedó con Jace en la sala.

- Ve con ellos. Yo también tengo curiosidad por saber si tengo otra cuñada o no - dijo de manera graciosa.

Me estuvo insistiendo más para que bajara y al final lo consiguió, con la única condición de que comiera todo lo que le había traído y ella aceptó. Sin más, besé su frente y salí de ahí.

Al llegar a la sala, Jace estaba con sus piernas subiendo y bajando rápidamente. Me causa demasiada risa verlo así, el que derivaría estar nervioso soy yo, no él.

- ¿Estás listo? - habló Maya, rompiendo el silencio.

Yo asentí y ella me entregó el sobre con el resultado. Sin esperar más, abrí el sobre y saque la hoja sin desdoblarla aún. Observé por unos segundos la hoja que cambiaría para bien o para mal mi vida completamente.

- ¿Y bien? ¿Somos hermanos? - preguntó Maya, de una forma desesperada - ¿Qué dice, Lisandro?

Desdoblé la hoja y miré el resultado. Miraba de reojo como ella trataba de ver el resultado a un lado mío, pero como yo era más alto que ella no alcanzaba a ver nada.

- No es cierto... - murmuré inconscientemente.

- ¿Es positivo? - está vez preguntó mi chico.

- No - fue lo único que dije, sin ninguna expresión en mi rostro - La prueba arrojó cero porciento de compatibilidad. No somos hermanos, Maya.

- Ohh - fue lo único que salió de su boca - Por un momento creí que...

Sus palabras se cortaron, me giré para quedar frente a Maya. La miré y pude notar la desilusión en sus ojos.

- Te voy a ser sincero, bonita - ella me observó con curiosidad - Por una parte estoy algo desilusionado porque no somos hermanos, pero por otro lado estoy muy feliz porque eso quiere decir que mi padre jamás engaño a mamá.

- Creo que le debes una gran disculpa a alguien, amor - intervinó Jace. Su mano se colocó sobre mi hombro y masajeó la zona.

Al escuchar eso mi corazón se destrozó. Él tiene toda la razón, tengo que disculparme con mi padre, desconfíe y lo acuse sin antes tener pruebas de ello.

- Lo sé, enmendaré mi error - miré a Jace -  Lo llamaré.

NUESTRO CHICO © (Nosotros #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora